Al menos dos meses de prisión preventiva en Rusia en espera de un juicio por robo. Este es el panorama que se le presenta a Carmen R., una enfermera sevillana de 54 años, después de que decidiera quedarse con varios objetos de un neceser que encontró supuestamente abandonado en el aeropuerto de San Petersburgo. Tras contactar con una abogada que habla español a través del consulado, la familia de la mujer intenta llegar ahora a un acuerdo con la dueña del neceser para evitar llegar a juicio y adelantar su regreso. Todo ocurrió el pasado 6 de septiembre, cuando Carmen y su hija Lola se disponían a coger un vuelo hacia Moscú para pasar los últimos días de vacaciones antes de regresar a España. En la espera, la mujer localizó un neceser tirado en el suelo y tras preguntar a algunas de las personas que estaban en las inmediaciones si les pertenecía, decidió cogerlo. Tras registrar el interior, se quedó con bisutería, maquillaje y unas gafas de sol y dejó el neceser encima de una máquina expendedora. Ya en la fila de facturación, se les acercó la Policía para interrogarlas por si «llevaban algo que no fuera suyo», según narró la hija. Las dos mujeres trataron de explicar a la Policía que la bolsa estaba abandonada y que por eso se quedaron algunas cosas. El problema reside en la cuantía de los efectos que se apropió, ya que al superar los 5.000 rublos Carmen ha sido acusada de robo y no de hurto, penado con hasta 5 años de cárcel.