La Casa Blanca ha aprobado la «Ley derecho a probar» para legalizar los tratamientos experimentales con pacientes terminales. A partir de ahora no será la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) quien se encargue de controlar el acceso a los fármacos, sino que serán las propias compañías las que den luz verde. «Salvaremos miles y miles de vida», aseguró el presidente Donald Trump. La nueva normativa permitirá a los pacientes utilizar medicamentos en fase previa a la comercialización. Opositores a la medida indican que la ley dará falsas esperanzas a los enfermos por un acceso a tratamientos que ya podían acceder mediante un proceso con la FDA. Varios grupos de defensa de pacientes terminales han advertido que esta norma no tendrá un gran impacto en el acceso a los tratamientos. Christina Jensen, de la Organización Nacional de Enfermedades Raras, declaró que desde la entidad no esperan un aumento de forma segura en el acceso a terapias de investigación. «Haremos todo lo posible que podamos para proteger a nuestros pacientes de terapias no efectivas», afirma Jensen.