La Policía Nacional intervino 50 toneladas de carne congelada y detuvo al dueño y a dos responsables de una empresa de Mallorca que vendía productos cárnicos caducados a colegios, hoteles y restaurantes de la isla, actividad que llevaban a cabo desde hace al menos un año. La empresa, que operaba desde una nave industrial en Marratxí y otra en Palma, fue clausurada totalmente el pasado 16 de marzo por orden de la Consellería de Salud, cuyo departamento de Seguridad Alimentaria recibió la primera denuncia y puso el caso en manos de la Policía. Esa denuncia, planteada por un trabajador, aludía tanto a la distribución de carne caducada o con el etiquetado manipulado como a la explotación de los trabajadores, que eran obligados a hacer jornadas diarias de 10 horas seguidas por entre 600 y 900 euros al mes, sin cobrar horas extras y con contratos de 12 horas semanales, con lo que a los imputados se les atribuye también fraude a la Seguridad Social.

En concreto, se les imputa estafa, falsedad documental y delitos contra la salud pública, los derechos de los trabajadores y la Seguridad Social. Los responsables de la operación Biltong (un tipo de carne seca típico de Suráfrica) no saben cuánto pollo, ternera y embutidos caducados pudo distribuir la empresa, pero no tienen constancia de que se haya producido ninguna intoxicación por esta causa. Sin embargo, durante la investigación constataron que un cliente de la distribuidora clausurada encargó por su cuenta un análisis de una partida que le resultó sospechosa y comprobó que estaba contaminada con salmonella, según relató en rueda de prensa el inspector Gonzalo Calleja, que dirigió la operación. Junto al inspector comparecieron ayer el jefe de su brigada, la de Extranjería y Fronteras, Rafael Cladera, y la jefa del servicio de Seguridad Alimentaria de la Consellería de Salud, Margalida Buades, quien resaltó que la empresa clausurada trabajaba con «ausencia absoluta del programa de seguridad alimentaria» obligatorio.

En las inspecciones se comporbó que la empresa, de alta desde 2011, acumulaba en una nave propia en Marratxí y otra alquilada en Palma miles de kilos de productos caducados y con el etiquetado alterado para falsear las fechas originales, que en algún caso databan de hace tres años. Los agentes han acumulado indicios y testimonios de que los detenidos facturaban más peso del que servían y que llegaban a recongelar carne devuelta por clientes que posteriormente servían a otros.