El pueblo de Totalán, donde el niño de 2 años Julen cayó en un pozo, es una «familia» -según su alcalde, Miguel Ángel Escaño- de setecientos habitantes que ha volcado toda su solidaridad para apoyar a la familia del pequeño y al dispositivo que lo busca. La propietaria de la casa en la que se está alojando los padres de Julen, Ángela Alcaide, explicó ayer que sintió desde que se enteró de la noticia la obligación de ayudar: «He hecho lo que había que hacer y ya está».

Alcaide indicó que no busca «ningún protagonismo», sino que les salió «del alma» a ella y su marido, que han puesto a disposición de la familia de Julen lo «poco» que tienen. «Lo que queremos es que termine esta pesadilla», afirmó Alcaide, que se encuentra «agobiada» y «muy preocupada» mientras sigue la actualidad del caso por televisión desde su casa en la localidad de La Cala del Moral (Málaga).

El inmueble que ha cedido en Totalán, de donde ella es originaria, es su segunda residencia y suele veranear en ella porque le encanta su pueblo, según expresó a Efe, aunque considera «una desgracia» que se dé a conocer por estos acontecimientos tan dramáticos. La casa cuenta con «las condiciones para que esta familia descanse y no se les agobie», entre las que se encuentran ropa de cama, «buenas mantas», cuarto de baño, aseo, cocina, tres dormitorios, un comedor y otras funcionalidades; además de contar con una ubicación a las afueras del pueblo que facilita la discreción y el transporte a donde necesiten. «Están allí como si fuera su casa y estarán el tiempo que haga falta», destacó Ángela Alcaide.