La Real Plaza del Puerto de Santa María olvidó este jueves que España sigue inmersa en el covid-19. Salvo por las mascarillas y la seguridad en los accesos, el minuto de silencio tras el paseíllo de Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Pablo Aguado fue casi el único momento en el que se fue consciente de que la crisis sanitaria ya roza los 28.500 muertos y los 310.000 contagiados. Desde entonces, la 'nueva normalidad' vivida recordó demasiado a la 'vieja normalidad' de cualquier tarde taurina de agostos anteriores, sin temor al coronavirus.

El festejo del 140 aniversario del coso gaditano se saldó con tres orejas (una por diestro, también para un Ponce de rosa palo al que su nueva novia veinteañera había ido a ver) y el cartel de "no hay billetes", aunque el aforo -según EFE- estaba reducido a unas 6.000 localidades, un 50% menos. Sin embargo, las imágenes demostraban que no se guardó en muchos momentos la distancia social necesaria para atajar el virus.

Las redes sociales denunciaron lo ocurrido y varios usuarios de Twitter afearon la irresponsabilidad de parte del público (aunque hubo otros, como la eurodiputada popular Isabel Benjumea, que celebraron la corrida):

Aunque lo sucedido en el Puerto no es nuevo y ya había antecedentes en otros cosos andaluces como el de Huelva, la opinión pública cuestiona que se permitan escenas en las que no se respeta la distancia social, justo cuando asistimos a lo que ya en algunas comunidades autónomas tachan de "segunda ola". Además, la cuestión establece un agravio comparativo con otros espectáculos públicos, como el fútbol, donde se ha tenido que terminar la Liga con las gradas vacías.

Con el decrecto del fin del estado de alarma, que llegó el pasado 21 de junio tras tres meses de confinamiento, Moncloa abría a la puerta a que fueran las autonomías, ayuntamientos y los propios organizadores de eventos los responsables de que se mantuviera esta distancia. "Las administraciones competentes deberán asegurar el cumplimiento por los titulares de cualquier otro centro, lugar, establecimiento, local o entidad que desarrolle su actividad en un sector distinto de los mencionados en los artículos anteriores, o por los responsables u organizadores de la misma, cuando pueda apreciarse riesgo de transmisión comunitaria de covid-19", expresaba el documento.

Así, las autonomías han legislado al respecto, y han establecido aforos máximos que van entre un 50 y un 75% para los espectáculos taurinos, pero aún se registran situaciones como la de El Puerto. Además, la nueva normativa reconoce solo los espectáculos en plazas, pero obvia los festejos populares en la calle ('correbous' y 'bous al carrer' incluidos), por no tener control de aforo.

En una entrevista con Europa Press esta semana, el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, justificaba que las plazas de toros puedan tener público pero no los campos de fútbol, al ser preguntado por el incumplimiento de Huelva del pasado fin de semana. "Los estadios son mucho más grandes. Es una cuestión cuantitativa. También he asistido a espectáculos culturales públicos que se han celebrado con normalidad dentro de los límites de exigencia de distancia social", argumentaba.

"Lo que dice el decreto de nueva normalidad es que no debe haber aglomeraciones, y ahí las comunidades autónomas, los ayuntamientos y los organizadores de los eventos tienen que tener mucho cuidado para que eso no se produzca. Da igual la naturaleza del espectáculo, lo importante es que esas garantías se den. Si sucedió en esos términos, animo a que la próxima vez se tenga mucho más cuidado, que se esté más encima de esas cautelas que se hacen por salud", señalaba partidario de redoblar la cautela.

Por último, Rodríguez Uribes considera que "no corresponde" a su Ministerio poner sanciones: "El decreto de nueva normalidad traslada, después de unos meses del estado de alarma y de mando único del Gobierno de España, la responsabilidad a las comunidades autónomas y los ayuntamientos, así como a los organizadores de los eventos".

EL SECTOR, DIVIDIDO

Varios de los más importantes empresarios taurinos han mostrado, en un sondeo realizado por Efe, una notable disparidad de opiniones sobre la posibilidad de organizar corridas de toros con las nuevas medidas sanitarias impuestas por las distintas autonomías para los espectáculos de la nueva normalidad. Precisamente, el empresario de El Puerto de Santamaría, José María Garzón, es el menos reacio y ve "factible" organizar festejos en Andalucía a pesar de la limitación de espectadores al 50% del aforo, "reestructurando costes, lógicamente".

"Los propios taurinos somos los mayores responsables de echar esto para adelante. Es nuestra obligación. Yo lo haré aun a sabiendas de que no voy a ganar nada en lo económico, pero sí que voy a ganar, y mucho, en el orgullo y en la fuerza moral que me dará haber trabajado por defender el sector".

En el otro extremo, Rafael García Garrido, empresario de la plaza de Las Ventas. A pesar de que la Comunidad de Madrid restringe el aforo de los tendidos solo a un 75% (el mayor porcentaje de público permitido), no lo ve claro. "Esas nuevas medidas -considera el gerente de Plaza 1- dejan todavía muchas sombras de dudas, porque hay que mantener la distancia de seguridad y evitar aglomeraciones, y eso es imposible de garantizar en las plazas de toros, por su antigüedad y estilo arquitectónico. Es cierto que esa exigencia se puede suplir con el uso de mascarillas, pero así y todo lo vemos muy complicado, porque en los toros la gente bebe, fuma, habla...". En opinión de García Garrido, "deberíamos volver a dar toros solo cuando haya una vacuna. Es verdad que la presidenta de la Comunidad de Madrid dijo que su intención es reabrir Las Ventas para la Feria de Otoño, y ojalá sea así, pero hay que esperar la evolución de la enfermedad".