El sucio aire de la ciudad india de Agra, la octava más contaminada del mundo, está volviendo amarillo y verde el mármol blanco con el que se construyó el Taj Mahal, una de las siete Maravillas del Mundo.

El emblemático monumento se encuentra situado junto a un río lleno de basuras y a menudo se ve envuelto por el polvo y la contaminación de las chimeneas y los vehículos de Agra, en el norte de India. El mármol se ve además afectado por los excrementos de los pequeños insectos del menguante río Yamuna, en el que la ciudad vierte sus aguas residuales y que pasa junto a él, según ha denunciado un abogado ecologista ante el Tribunal Supremo de India. El Supremo ha criticado al Gobierno indio por no hacer lo suficiente para preservar el monumento, construido por el emperador mogol Shah Jahan como mausoleo para su esposa Mumtaz Mahal.

Detrás del Taj Mahal, bolsas de plástico y basura se apilan junto al río mientras el humo emerge de una chimenea en la distancia. Fuera del complejo del monumento, un grupo de personas se concentra junto a una pira funeraria.

El cambio en el color no se ha producido de la noche a la mañana. Los ecologistas e historiadores llevan tiempo advirtiendo del riesgo de que el hollín y los humos de las fábricas y curtidurías ensucien el monumento.