El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, abrió ayer las puertas de la catedral de la Natividad, la presentada como «la más grande de Oriente Medio», de la minoría cristiana copta, para celebrar la misa de la Navidad, ensombrecida por una explosión que mató el sábado a un oficial cerca de una iglesia copta mientras intentaba desactivar una bomba.

Durante una ceremonia, el gobernante egipcio, acompañado del presidente palestino, Mahmud Abás, participó en varios actos de la presentación del templo religioso, ubicado en la nueva capital administrativa, 30 Km al Este de la metrópolis de El Cairo.

La catedral ocupa un 30% de las 4 hectáreas del área en el que se sitúa el complejo y puede albergar a 8.200 fieles, según las cifras publicadas, ubicada en la capital administrativa, ciudad en plena construcción en un paraje desértico a donde todavía no tiene acceso la población.