El teléfono contra el acoso escolar, el 900 018 018, cumplió ayer el primer aniversario, un año durante el cual ha recibido un total de 23.357 llamadas, gracias a las que se han detectado 8.589 posibles casos de bullying (acosos escolar) en centros educativos de toda España. Nada menos que 23 casos al día que vienen a confirmar la amplitud del fenómeno. Este recurso gratuito, dependiente del Ministerio de Eduación, está atendido por una veintena de profesionales las 24 horas del día, los 365 días del año. Arrancó el 1 de noviembre del 2016 y el Gobierno se ha gastado 100.000 euros en promocionarlo en prensa y televisión durante este año, según informa Europa Press.

A los dos meses de su puesta en marcha, los primeros datos cifraban en 33 los casos verosímiles destapados al día. Entonces se atribuyó la elevada cifra a la novedad del servicio. Estarían aflorando casos de una sola tacada al dar a las víctimas una nueva ventanilla adonde acudir. Diez meses después la media ha bajado hasta los 23 casos diarios, pero sigue siendo una cifra importante.

Sobre los casos que han acabado en manos de las autoridades correspondientes solo hay datos hasta el pasado mes de mayo. Cuando se cumplían seis meses de la puesta en marcha de este teléfono, el Ministerio de Educación informaba de que había trasladado a la policía 74 casos y otros 156 a la inspección educativa para que fueran investigados.

El 61% de las llamadas las realizaron las madres de los niños y adolescentes que sufren acoso escolar y solo el 4% eran de las propias víctimas, según los datos presentados a mediados de año por la empresa adjudicataria del servicio, Alcalá BC, tras analizar las más de 15.000 llamadas recibidas durante los seis primeros meses de funcionamiento.

PRECARIEDAD LABORAL / El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, se comprometió en enero del año pasado a activar un teléfono único al que podría llamar cualquiera que supiera de un caso de acoso en las aulas ya fuera víctima, familiar o compañero. Lo hizo tras la conmoción causada por la difusión de la carta de suicidio de Diego, el niño de 11 años de Leganés, en la provincia de Madrid, que se arrojó por la ventana del quinto piso de su casa.

Después de su puesta en marcha se produjeron denuncias de precariedad laboral de psicólogos que trabajan en este centro de llamadas, según revelaron informaciones periodísticas. El director de la empresa Alcalá BC apuntó que el grupo de psicólogos que atiende este teléfono, tras un «complejo» proceso de selección -459 solicitudes para 16 plazas-, estaba «muy cohesionado» y tenía «muchas ganas e ilusión por trabajar».