Tras pasar toda la semana apostados frente al recinto ferial de Madrid (Ifema), los taxistas madrileños optaron por dedicar la sexta jornada de su huelga indefinida a dar una tregua en sus acciones de protesta, reencontrarse con sus familias y recuperar fuerzas con una paella multitudinaria. Mientras que en jornadas anteriores protagonizaron cortes de tráfico en la M-40, sentadas en la estación de Metro de Feria de Madrid o sonoras manifestaciones a las puertas de Ifema, ayer la avenida de la Capital de España, campamento base de los profesionales declarados en huelga, fue el escenario de un «día familiar» en toda regla. «Queremos demostrar que los taxistas no somos vándalos ni somos un sector que pretenda masacrar a los demás (...) somos seres humanos que buscamos defender nuestro trabajo», dijo el presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid, Julio Sanz. El reencuentro de estas familias se ha producido en torno a dos carpas en las que una empresa de catering cocinó 5.000 raciones de paella mixta. Pero, no todos se dieron el gusto de comer una ración de arroz. Los ocho taxistas que se declararon en huelga de hambre a las 10.00 horas del viernes mantuvieron ajenos al ágape, guardando reposo en el improvisado campamento que se les ha instalado en una boca del metro.