La conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, avanzó ayer que, a falta de datos concretos, la superficie ardida durante este fin de semana será «superior» a la quemada el resto del año, unas 11.500 hectáreas, y ha dicho: «Creedme, el cien por cien de los incendios fueron provocados».

Al comienzo de su comparecencia a petición propia ante el Pleno del Parlamento para informar de la situación de los incendios que asolaron Galicia el fin de semana, Vázquez ha recordado a los cuatro fallecidos en la comunidad y a los 37 de Portugal.

En los nueve primeros meses de 2017 se calcinaron en Galicia unas 11.500 hectáreas, casi la mitad que en 2016, lo que a juicio de la consejera refleja que el operativo puesto en marcha por la Xunta funcionó con «éxito» pese a un verano extraordinariamente cálido y seco, con situaciones que, a nivel meteorológico, fueron de «las más duras del último siglo». Hasta mediados de septiembre, a pesar de existir más incendios que el año anterior, se registraron 9.500 hectáreas quemadas menos que en 2016.

«Galicia estaba tranquila» y, ante las condiciones meteorológicas extremas marcadas por la sequía, el operativo antiincendios funcionaba a «pleno rendimiento», por encima de lo habitual para un mes de octubre, e incluso «superior al de muchos veranos».

Con estos datos, Vázquez pidió a la oposición unidad frente a los incendiarios a los que ha acusado de terroristas.

SIN RIESGO / Dieciséis incendios siguen activos en Galicia, otros 9 están controlados y 8, estables, aunque ninguno representa riesgo para la población, según la Xunta. Es el caso de los incendios que afectan a la localidad lucense de Cervantes, en pleno corazón de Os Ancares, donde las llamas han consumido zonas de alto valor ecológico y natural, con castaños centenarios que han sido pasto del avance de las llamas y han puesto en peligro hábitats de animales amenazados como el oso pardo o el urogallo.

Hasta allí se han desplazado un centenar de soldados de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que, con la ayuda de la lluvia que ha caído en varios momentos del día, trataron de extinguir junto con otros efectivos uno de los incendios más duraderos de la actual ola de fuegos.

Mientras tanto, el cuerpo de bomberos sigue presente en la localidad orensana de Carballeda de Avía, vigilando que no vuelvan a brotar llamas en un municipio que ha sufrido los rigores de los incendios en cerca del 70% de su superficie.

Por otra parte, la Policía Nacional abrió ayer una dirección de correo electrónico para que los ciudadanos aporten información de forma anónima sobre los incendios de este fin de semana en Vigo y Redondela para recabar pistas.

TORMENTA POLÍTICA / Una vez desactivadas todas las medidas preventivas por la proximidad del fuego a zonas pobladas y superados los momentos críticos -la lluvia ayudó a los equipos de extinción-, el debate político sobre la gestión forestal en Galicia se ha abierto paso tras las manifestaciones de protesta en diversas ciudades.

Acompañada por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, visitó varios enclaves afectados, al igual que el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder de Podemos, Pablo Iglesias.

Feijóo, que trasladó personalmente el pésame a las familias de los cuatro fallecidos, sostiene que ya ha pasado la «peor fase». Destacó que se trata de «un problema de atentados» y de «delincuentes homicidas», término empleado para referirse a los incendiarios, mientras lamentó que la oposición instrumentalice políticamente la catástrofe.