La solidaridad es uno de los valores de la gente de mayor edad y, por eso, también pican en las contribuciones falsas que se publicitan para ayudar a los afectados por alguna catástrofe o accidente. Hay otros fraudes también comunes, como los que se llevan cabo a través de llamadas telefónicas de falsos técnicos de Windows que van dirigiendo a la víctima para que entre en su ordenador con alguna excusa creíble y acaban quedándose con el número de la tarjeta bancaria o de la cuenta. Los agentes de la UCO recuerdan que la falta de formación y el exceso de confianza son los puntos débiles de los mayores, a quienes recuerdan que los bancos no suelen pedir el número de la cuenta porque ya lo tienen y que nadie «legal» en la red solicita el número de tarjeta a no ser que se realice una compra.

Los falsos secuestros virtuales de algún familiar, sobre todo de nietos, o las llamadas que les avisan del supuesto accidente que ha sufrido alguien muy cercano en un país extranjero, son algunos de los «reclamos» de los delincuentes para estafar a los mayores, porque, de ellos, sólo buscan su dinero.