La última vez que el actor y productor de cine porno Nacho Vidal se entrevistó con hombres de confianza del empresario Gao Ping, en concreto con Yong Jung Yang, alias Weijun, se citaron en el restaurante del estadio Santiago Bernabéu, en el paseo de la Castellana de Madrid. Allí, el actor asegura que el cuñado del emperador de los todo a cien le propuso comercializar en los bazares chinos de España sus productos eróticos de sex shop. No les dio tiempo a llegar a un acuerdo. El martes de la semana pasada, la policía, coordinada por los fiscales anticorrupción Juan José Rosa y José Grinda y por el magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, dio un gran golpe al crimen organizado chino, con casi un centenar de detenidos.

La trama liderada por Gao Ping se dedicaba principalmente al blanqueo de los capitales logrados con la venta en bazares de productos importados de China, de los que solo declaraba un 10%. Vidal está acusado de colaborar en el blanqueo, con la mediación de su hermana, María José, emitiendo facturas falsas de su sociedad Vidal Productions.

En su declaración en la Audiencia Nacional, Vidal aseguró desconocer si su hermana, que ejerce como su representante, emitía facturas falsas, pero sí dijo que había decidido cambiar de fabricante de sus consoladores. Hasta ahora los fabricaba en Brasil, y el cuñado de Gao Ping le había ofrecido hacerlos en China. Fue en ese mismo encuentro cuando Weijun propuso al actor empezar a vender sus herramientas eróticas en los bazares chinos, explicó Vidal a los fiscales y al juez.

Gao Ping no solo se enriqueció con el comercio ilícito. Las diferentes estructuras de las que era responsable se dedicaban a todo tipo de delitos, incluidos la extorsión y la trata de personas. Así se desprende de las miles de horas de conversaciones grabadas a los principales implicados.

Entre los más curiosos, la mafia utilizaba a ciudadanos chinos para que se presentaran en nombre de otros a los exámenes para el permiso de conducir, cobrando 8.000 euros a los verdaderos solicitantes del carnet. Asimismo, explotaba la suplantación de empleados dados de alta en la Seguridad Social para aprovechar fraudulentamente su cobertura sanitaria. También había creado una red de matrimonios de conveniencia entre chinos y españoles para que los primeros obtuvieran el permiso de residencia, tras pagos de hasta 18.000 euros.

Esta mafia no enviaba todo el dinero a China. También se invertía en España en restaurantes y karaokes que en algunos casos, como el Huang Ma KTV de Leganés (Madrid), servían de tapadera para otros negocios ilícitos. En ese gigantesco local para cantar, visitado casi en exclusiva por ciudadanos chinos y en el que existen reservados por los que se pagan auténticas fortunas, dos de los lugartenientes de Gao Ping habían creado una red de prostitución de lujo.

La 'fruta feliz'

En ese local, investigado antes por la Policía Nacional, se había detectado la presencia de Kai Xin Guo, la fruta feliz , una droga muy popular en China en los ambientes más elitistas, ya que su precio allí es muy superior al de la cocaína. Otro local investigado ha sido el restaurante Costa Buena de Fuenlabrada, en cuya planta alta la policía sospecha que se ejercía la prostitución, y al que acudía con frecuencia José Borrás, concejal socialista de Fuenlabrada imputado en la trama.