China ostenta el penoso título de ser el país con el mayor riesgo de muerte por accidente de tráfico, según la OMS. Y el 60% de las víctimas mortales son peatones, ciclistas y motoristas. Las autoridades del país asiático han ideado la una ocurrente e insólita solución para combatir esta lacra que aunque parece una broma, no lo es: los peatones que traten de cruzar en rojo serán rociados con agua.

Los primeros en probar los semáforos-aspersor serán los transeúntes de la localidad de Daye, en la provincia de Hubei, en el centro del país, donde se han colocado 40 tubos amarillos que, además de soltar el chorro de agua, avisan mediante un megáfono instalado en su interior al viandante imprudente. Además, el peatón que cruce en rojo será fotografiado por unas cámaras de reconocimiento facial. Y, lo peor de todo, estas fotos se expondrán en pantallas gigantes dispuestas por toda la ciudad. Según el diario The Beijing News, el gobierno se ha gastado 160.000 dólares en este sistema, el cual podría copiarse en otras ciudades del país.

Más de 700 personas mueren al día en accidente de tráfico en China con lo que el objetivo primordial es reducir el número de incidentes sobre las calzadas.

Esta no es la primera propuesta que se lanza en favor de la seguridad vial. En Holanda y España, se ha optado por proteger a los ‘zombis’ del smartphone con semáforos en el suelo.