La Generalitat informó ayer de que entre las sesenta personas rescatadas por el barco Open Arms, que ayer atracó en el Puerto de Barcelona, hay seis personas que declararon ser menores de edad -cinco de ellos no acompañados- y cinco mujeres, tres de las cuales también viajaron en solitario. Fuentes de la secretaría de Migraciones indicaron que los cinco menores no acompañados están desde ayer a cargo de la Dirección General de la Infancia (Dgaja), mientras que las tres mujeres que viajaron solas se van a alojar en Barcelona.

Se contabilizaron, además, dos familias: una formada por una pareja y su hijo, y otra formada solo por una pareja. El resto de personas rescatadas se alojaron en la residencia deportiva Blume de Esplugues de Llobregat (Barcelona).

Por otra parte, el secretario de Migraciones de la Generalitat, Oriol Amorós, señaló en su parlamento en la rueda de prensa convocada por Pro Activa Open Arms que se está produciendo «un debate sobre la obviedad», ya que «nunca habría que discutir sobre si se cumple el derecho marítimo o si se cumple el derecho a rescatar personas». Indicó que le da «miedo» que «Europa deje de ser una cuna de derechos humanos, un espacio de seguridades, libertades y democracia», y cargó contra aquellos «gobiernos que se han negado a rescatar a los náufragos y, por tanto, a la vida, algo que considera inadmisible». Afirmó que el número de inmigrantes que han llegado a Barcelona en las últimas fechas «no son cifras relevantes desde un punto de vista cuantitativo». «La solución no puede pasar por ningún otro lugar que no sea la defensa de los derechos humanos: en origen, en tránsito y en destino», aseveró.

Por otra parte, la plataforma Stop Mare Mortum denunció lo que considera un «uso político y mediático» de la llegada a Barcelona de los 60 inmigrantes rescatados por Open Arms y reclamó «vías legales y seguras» para las personas migrantes. «Mientras en Barcelona decenas de periodistas han esperado al barco de Open Arms, más de 70 personas han sido rescatadas en el estrecho de Gibraltar, y allí no hay nadie», criticó Mare Mortum.