La patronal del ocio nocturno Spain Nightlife reclamó este miércoles que se endurezcan las sanciones que castigan el acoso sexual, de forma que la infracción recogida en el artículo 37.5 de la ley de seguridad ciudadana y que penaliza la “realización o incitación a la realización de actos contra la libertad sexual o ejecutar actos de exhibición obscena” sea tipificada como infracción grave y no leve y castigada con una sanción de entre 600 y 30.000 euros. Todo ello con el fin de aumentar su “efecto disuasorio”, según argumentó José Luis Benítez, presidente de la asociación.

Asimismo, la patronal de las discotecas invitó a las Comunidades Autónomas a aprobar protocolos de prevención y sanciones a nivel autonómico, tal como ya ha hecho Catalunya, donde se obliga a realizar cursos de formación al personal que trabaja en el ocio nocturno y a disponer de espacios en los locales para atender a las posibles víctimas. La agrupación de discotecas señaló que quiere “dar la cara” e implementar medidas antiacoso aunque, según sus datos, los episodios que van desde las insinuaciones sexuales o tocamientos no deseados hasta las violaciones en los espacios de ocio son “residuales”, en comparación con el acoso sexual y las agresiones que se producen en las calles y otros recintos.

SIN REGISTROS PORMENORIZADOS

Para sostener esta afirmación, la patronal presentó un estudio en el que afirma que el acoso sexual bajó un 11,8% del 2017 al 2018 pero sin aportar los datos que lo sustentan, con el argumento de que las discotecas no registran pormenorizadamente estos episodios y por eso el porcentaje es aproximado y basado en la apreciación de los propietarios de 170 locales y el Grupo Bull, conformado por un conjunto de empresas que proporcionan control de acceso a 200 salas. Según esta difusa estadística, se producen entre 10 y 20 quejas de mujeres al personal que trabaja en los locales nocturnos al año y por Comunidad Autónoma y de ellas sólo el 1% se transforman en una denuncia formal ante la policía.

En cuanto a las agresiones sexuales, tampoco disponen de datos propios y, según la información que la patronal ha recabado de los medios de comunicación, en el interior de las discotecas se producen “casos aislados”, unos cuatro al año, mientras que en el exterior de los locales y a más de 100 metros de sus puertas las violaciones han aumentado un 40%, hasta llegar a seis casos por año.