La sanidad española, que ha ido escalando posiciones en los últimos 30 años, hasta llegar a situarse en el puesto número ocho, es decir, entre el «top ten» de los mejores sistemas, cayó en el 2016 al puesto número 19, según el ranking elaborado por la prestigiosa revista médica The Lancet. La estadística mide la calidad y el acceso a la sanidad en 195 países analizando las tasas de mortalidad de 32 enfermedades que pueden combatirse con una adecuada atención, y adjudica una puntuación de 0 a 100. Teniendo en cuenta los datos del 2016, España obtiene una nota elevada, 92 puntos, dos puntos más que la cifra del 2015. Aún así, cae hasta el puesto 19 al ser adelantado por países como Japón, Italia o Austria. La estadística la encabezan Islandia, Noruega y Holanda, y en la cola se sitúan República Centroafricana, Somalia y Guinea-Bissau.

Uno de los motivos de la caída del sistema sanitario es que The Lancet» ha incluido ahora más variables para establecer la puntuación. Además, la media global ha aumentado debido a las mejoras en países del África subsahariana y del sudeste asiático, lo que hace que España caiga comparativamente. Aún así, obtiene la máxima puntuación (100 puntos) en el tratamiento del tétano, la difteria, la diabetes o la epilepsia, pero lastra su nota los deficientes resultados obtenidos en ciertos cánceres, como el de piel (57 puntos), el de cervis (60 puntos) y el testicular (79 puntos).

La baja puntuación en cáncer de piel se debe a una mayor incidencia debido al alto número de horas de sol que tiene España, pero también, según reconoce The Lancet, a que los registros son imprecisos y no del todo fiables. Precisamente la caída de la inversión durante la crisis es otro de los motivos que podrían explicar la pérdida de posiciones a nivel mundial. PATRICIA MARTÍN