Mikel M. M., de 48 años, y vecino de Beasain sigue desaparecido tras saltar el jueves por la tarde desde un puente, de más de 30 metros de altura, al río Águeda, en el embalse de Irueña, cerca de Ciudad Rodrigo (Salamanca). La acción fue grabada con el móvil por su hijo pequeño, de unos 10 años, que al no verle salir pidió ayuda. Aunque no se descarta ninguna hipótesis, la principal teoría de la Guardia Civil es que se trata de un accidente debido a una imprudencia y que el hombre intentó realizar un salto tan espectacular como peligroso. Equipos de bomberos y de la Guardia Civil rastrean la zona donde se produjo el accidente.

El impacto de la caída pudo dejarle inconsciente y todo apunta a que la víctima ya no pudo salir a flote. Además, la profundidad del río en el tramo donde se registró el suceso puede superar los 40 metros, lo que supone una dificultad añadida porque «la visibilidad es prácticamente nula», según fuentes de la investigación.

El coche de Mikel M. M., fue localizado a pie de carretera y en el interior se encontraron mochilas y cordaje, material utilizado para la realización de deportes de riesgo. La grabación realizada por el menor, que fue visionada por efectivos del equipo de búsqueda para intentar centrar el radio de acción, es clave, así como las declaraciones del niño y de un pescador que estaba en la zona y que presenció los hechos.

Mikel y su hijo se dirigían a San Martín de Trevejo (Cáceres), localidad en la que reside gran parte de su familia, incluidos sus padres, a quienes iban a visitar aprovechando unos días de fiesta. Antes de llegar al destino, Mikel M. M., hizo una parada en el puente que une las localidades de El Bodón y Robleda, cerca de Ciudad Rodrigo. Aparcó el coche, caminó hasta el centro del viaducto y, tras realizar una cuenta atrás con su hijo, saltó. El chaval grabó la escena y al ver que su padre no salía a flote empezó a pedir socorro.