La parroquia de Santa María de Caná de Pozuelo Alarcón acogió ayer una multitudinaria misa en recuerdo de la joven Diana Quer, a la que acudieron miles de personas entre las que se encontraban familiares de otras víctimas de desapariciones. La misa funeral fue oficiada por el cardenal madrileño Carlos Osoro y contó con la presencia política de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, o el portavoz de C’s en la Asamblea, Ignacio Aguado.

También acudió por invitación de la familia Juan José Cortés (el padre de Mariluz, la menor asesinada hace diez años en Huelva); Antonio del Castillo (padre de Marta del Castillo, desaparecida en Sevilla en 2009); Rocío Viéitez (la madre de dos niñas a las que su padre, David Oubiel, asesinó en Galicia) y Ruth Ortiz (exesposa de José Bretón, condenado a 40 años de prisión por asesinar a sus hijos Ruth y José en 2011).

El párroco de la iglesia, el padre Jesús, hizo un extenso recordatorio de la joven. «La vida de Diana ha sido un regalo corto pero intenso», subrayó. El oficio, que comenzó a las 21.00 horas, se alargó poco más de una hora, aunque la familia tardó cerca de 50 minutos en salir ante la multitud de personas que acudieron a darles su pésame.

EL DOLOR DE LOS PADRES

Antes de la ceremonia, los padres se pararon ante los medios de comunicación, visiblemente emocionados, para compartir su dolor con otras familias que también sufrieron la desaparición de un ser querido «en situaciones trágicas» y confiaron en que esas muertes supongan «un antes y un después» que permita construir una sociedad «más segura». La intención de la familia de Diana, según su padre, es trasladar «el calvario» que han sufrido cada día y su «apoyo» a las víctimas de los desaparecidos, para que no queden «en una página de sucesos».