El Observatorio de la Atención Médica al Final de la Vida de la OMC indicó ayer que hechos como el suicidio asistido de la enferma terminal María José Carrasco «estremecen» y reclamó la mejora en el acceso a los cuidados paliativos para evitar un sufrimiento intenso a estas personas, pues es «evitable». El coordinador de este observatorio de la Organización Médica Colegial (OMC), Marcos Gómez, se expresó así a los medios durante su participación en Badajoz en el Congreso de Deontología Médica. Gómez recordó que en España hay cada año 75.000 enfermos que mueren con un sufrimiento intenso y «perfectamente evitable» si se hubiera tenido acceso a cuidados paliativos. «Una sociedad que atiende mal a sus enfermos es una auténtica frivolidad, por ser moderado en el adjetivo», manifestó. El doctor participó ha participado en la mesa redonda Atención al final de la vida. Muerte, en la que también participaron el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, y el máximo responsable del Colegio de Médicos de Badajoz, Pedro Hidalgo, entre otros. Pedro Hidalgo explicó que el congreso habla «de vida digna, no de muerte, de vida digna hasta que termina la vida y empieza la muerte. Y, por tanto, no se puede hablar de suicidio, suicidio asistido o eutanasia».

En el dolor y el sufrimiento del paciente, dijo, es «donde se debe trabajar, no quitarlo con el suicidio o con la eutanasia, sino con la ayuda para que no se sufra, vivir hasta el final de la vida dignamente, pues no hay muerte digna, la muerte es muerte».

Por su parte, la presidenta de la Audiencia de Cáceres, María Félix Tena, afirmó que la eutanasia directa activa está sancionada en el Código Penal, con pena privilegiada y atenuada sobre la inducción y la ayuda al suicidio neto en consideración a las circunstancias graves por enfermedad.