Un grupo de ocho médicos españoles parte cada año rumbo a Kenia para regalar su tiempo y conocimiento a los turkana, una población nómada que habita en el norte del país en unas condiciones climáticas extremas, con una mortalidad infantil y materna altísima y una esperanza media de vida de 47 años.

"Cirugía en Turkana" es el nombre asumido por este grupo de médicos, cirujanos generales, anestesistas y ginecólogos del Hospital Ramón y Cajal y del Clínico San Carlos de Madrid que, desde 2004, viaja cada año a Kenia para operar de manera gratuita a parte de la población de esta región africana.

"Las primeras campañas se financiaron gracias a donaciones privadas, a las aportaciones de amigos y familiares y posteriormente se han unido empresas, como CEPSA, que se ha involucrado en el proyecto porque están trabajando en la zona", ha explicado a Efe Carmen Hernández, directora del Programa.

Turkana es una región muy extensa, de unos 77.000 kilómetros cuadrados situada en el norte de Kenia. Hace frontera con Somalia, Etiopía y Sudán, en la zona del hambre, un lugar de muy complicado acceso porque no existe una red de carreteras.

Se trata de una zona desértica, donde las condiciones climáticas son extremas, con una temperatura media de 40 grados, y gran escasez de lluvias. Hay muy pocos cultivos y pastos, por lo que la población, que se dedica al pastoreo, es en su mayoría nómada y los recursos sanitarios son escasos.

El equipo liderado por Hernández opera en el Hospital Gubernamental de Lodwar, la capital del distrito, donde las condiciones -que han ido mejorando a lo largo de los años- son indignas.

"Antes era un moridero donde había moscas, cabras, los enfermos estaban hacinados en condiciones infrahumanas, con muy pocos medios, gran escasez de sangre y sin posibilidad de que un enfermo grave vaya a una UVI", indica esta cirujana general y de Aparato Digestivo del Hospital Clínico San Carlos.

Para conseguir el éxito de la campaña, este equipo de médicos ha aprendido que debe conocer el terreno en el que trabaja. "El truco es saber que a los enfermos hay que ir a buscarlos a sus casas", subraya Hernández, quien destaca la labor que CEPSA ha realizado en ese sentido.

Gracias a esta organización -que se basa en localizar a los pacientes, ir a buscarles a casa, llevarles al hospital y luego llevarles de vuelta a casa- este año la campaña ha sido un éxito.

Los médicos de "Cirugía en Turkana" han atendido más de 400 consultas en 10 días y han realizado más de 200 intervenciones quirúrgicas.

A esto se suma la puesta en marcha de unas clínicas móviles, gracias a las cuales parte del equipo se desplaza a sitios lejanos con un coche y un equipo de material y hace intervenciones in situ, generalmente cirugías que se pueden hacer con anestesia local, como tumores o bultos.

En quirófano, sin embargo, las cirugías más comunes son las hernias, intervenciones ginecológicas, labios leporinos o bocios -tumores en el cuello causados por la poca ingesta de sal yodada en las comidas que provoca un crecimiento del tiroides y en ocasiones provoca problemas al tragar y respirar-.

Además, han financiado tres operaciones que no podían realizar; una prótesis de cadera para un joven, una operación de vegetaciones a una niña y una intervención para tratar las secuelas de una quemadura.

El equipo médico interviene tanto a hombres como a mujeres y niños.

"Siempre estás eligiendo a qué paciente operar y a cual no, no sólo por su patología, sino por las condiciones en las que estás operando", lamenta Hernández, quien explica que no se pueden permitir realizar cirugías en las que el paciente pueda necesitar muchos cuidados postoperatorios porque no los hay. "Estaríamos poniendo en juego su vida".

Para seleccionar a los pacientes, un equipo de especialistas del hospital de Lodwar se desplaza durante meses hacia distintas poblaciones valorando los casos, de manera que los médicos españoles saben a qué se van a enfrentar al llegar a Turkana.

Eso condiciona qué especialistas van a ser más útiles. En esta ocasión, han viajado a Turkana tres cirujanos mayores, tres residentes cirujanos en formación, un ginecólogo y un anestesista, que han trasladado parte del material médico desde España y Nairobi para apoyar la economía local.