El Museo del Prado, una de las grandes pinacotecas del mundo e icono de la cultura española y universal, se ha visto reconocido con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2019, «un magnifico regalo de cumpleaños» por su bicentenario. «Es un regalo para todos los españoles» por tratarse de la «principal institución cultural española», señaló ayer su director, Miguel Falomir, minutos después de que el filólogo Víctor García de la Concha hiciese publico desde Oviedo el fallo del jurado que preside.

El Prado es, según señala el acta, un «símbolo de nuestra herencia cultural común» que ha hecho una importante contribución al «desarrollo humanístico» de la sociedad gracias a la divulgación de uno de los patrimonios artísticos más ricos del mundo.

Ubicado en el paseo madrileño que le da el nombre, El Prado abrió al público en noviembre de 1819 con 311 pinturas de la Colección Real de la escuela española y 200 años después cuenta con 7.600 pinturas, mil esculturas y miles de estampas, dibujos documentos históricos y objetos decorativos. De esos fondos exhibe en su sede algo menos de 1.000 obras, unas 3.100 se encuentran -El Prado disperso- depositadas en museos e instituciones oficiales, y el resto se conservan en sus almacenes.

TRES MILLONES DE VISITAS / Pendiente de los presupuestos generales para poder iniciar nuevas obras de ampliación con la reforma del Salón de Reinos -permitirá ganar 2.500 metros cuadrados-, Falomir incidió en que en este reconocimiento pesa «lo mucho que representa» un museo que es «uno de esos depositarios de lo que ha sido gran parte de la cultura occidental» y que cada año visitan unos tres millones de personas. El galardón servirá de «acicate para seguir trabajando y para tener otros 200 años, como mínimo, tan magníficos como los 200 que ha tenido», señaló su director desde Melilla, donde le sorprendió la concesión del Princesa de Asturias.

La candidatura del Prado, una de las 29 de 14 nacionalidades que optaban a este galardón, fue propuesta conjuntamente por Mario Vargas Llosa y Antonio Muñoz Molina con motivo de la celebración de sus 200 años de vida, que se cumplirán exactamente el 19 noviembre.

Fue Fernando VII quien ordenó en 1818 la reconstrucción del edificio que Juan de Villanueva había proyectado como Gabinete de Ciencias Naturales y el que, a instancias de su esposa, María Isabel de Braganza, tomó la decisión de crear en él el Real Museo de Pinturas y Esculturas, que abrió sus puertas un año después. En 1840 fue calificado ya como una de las mejores pinacotecas de Europa, tras haber enriquecido sus fondos con obras de las escuelas de pintura alemana, francesa o italiana y de haber colgado de sus paredes obras procedentes de los palacios reales de Madrid, El Escorial o Aranjuez.

Entre sus joyas, El jardín de las Delicias de El Bosco, El caballero con la mano en el pecho de El Greco, El tránsito de la Virgen de Mantegna, La Sagrada Familia conocida como La Perla de Rafael, Carlos V a caballo en Mühlberg de Tiziano, El Lavatorio de Tintoretto, el Autorretrato de Durero, Las Meninas de Velázquez, Las tres Gracias de Rubens o La familia de Carlos IV de Goya.

Estas obras hacen de El Prado «el mejor museo de pintura del mundo», según el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, que aseguró que este premio es un motivo más para animarse a visitar esta pinacoteca, de la que el jurado destacó también los trabajos de divulgación y conservación que lleva a cabo.

El plato fuerte, con el que comenzaron las celebraciones, fue la exposición Museo del Prado 1819-2019. Un lugar de memoria, un recorrido cronológico por la historia del museo con obras de Renoir, Manet, Picasso o Pollock, que inauguraron los Reyes en noviembre pasado y que hasta su clausura en marzo recibió más de 348.000 visitas. A lo largo de 2019 se desarrollará un programa de exposiciones temporales.