Porque la figura del informático se asocia, a menudo, a la un tipo 'friki', que pasa las horas delante de una pantalla de ordenador, con aspecto descuidado y alimentándose a base de pizzas y latas de refresco. O porque parece, para quienes no la conocen, una carrera con pocas aplicaciones sociales, demasiado técnica y solo ligada a la programación. O tal vez porque son unos estudios, 'a priori', de alta dificultad, solo aptos para aquellos que obtienen resultados brillantes en Matemáticas y en Tecnología... Por uno, por otro o por todos estos motivos, el caso es que las chicas no quieren ser informáticas.

Y eso que esta carrera es, junto con la de Ingeniería de Telecomunicaciones, una de las que más proyección de futuro tienen. "Es cierto que no sabemos cómo serán los empleos dentro de unos años, pero está claro que las profesiones estarán cada vez más ligadas con las tecnologías", y si las mujeres no tienen presencia en este ámbito, "están abocadas a una tasa de paro muy elevado", advierte Núria Castell, decana de la facultad de Informática de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Ya actualmente, recuerda Castell, "las empresas buscan mujeres informáticas porque está demostrado que los equipos mixtos o aquellos en que hay un representación equilibrada de hombres y de mujeres funcionan mejor".

"Las mujeres están claramente infrarrepresentadas en los estudios tecnológicos y, en cambio, están sobrerrepresentadas en las carreras dedicadas al cuidado de las personas. Y es que, aunque por notas y capacidad están tanto o más preparadas que sus compañeros masculinos, hay un momento, especialmente durante la pubertad, en que el sexismo académico se impone y las hace descartar estas carreras, más asociadas a los hombres", explica Milagros Sainz, investigadora del grupo Género y TIC del Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que está llevando a cabo un estudio sobre esta materia.

El peso de las familias y de los profesores es determinante a la hora de la elección final, señala Sainz, "aunque a esas edades, a las chicas no se lo parezca". A eso se suma el desconocimiento que hay de la carrera. "Ser informático no es solo ser programador, también tienen un papel importante la creatividad, el diseño o la gestión de equipos", subraya Josep Prieto, decano de la facultad de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC.

EN FRANCA MINORÍA

Los datos son concluyentes. Frente al 55% de mujeres que escogen carreras sociales y de humanidades, o el 36% que cursan estudios vinculados a la salud, solo el 9,15% de las universitarias españolas se matriculan en una escuela técnica. El porcentaje entre los chicos se eleva, en cambio, hasta el 34,3%, según datos del Ministerio de Educación.

En la facultad de Informática de la UPC, la presencia de chicas es de un 8,65% respecto al total de la población estudiantil, explica Castell, mientras que en la UOC, ascienden al 9,38%. Pese a que en los últimos años ha aumentado ligeramente la matrícula femenina en estas facultades, "de seguir a este ritmo, no se alcanzará la paridad hasta el año 2133, dentro de 116 años", constata Prieto.

Por eso, además de las acciones de divulgación que desde hace ya unos años se realizan en escuelas e institutos, la UPC y la UOC han lanzado un vídeo para concienciar sobre la necesidad de despertar las vocaciones tecnológicas.