Dotados con tres cámaras, con sistema de lectura automática de documentación y capaces de chequear hasta 400 matrículas al minuto para detectar coches robados son algunas de las prestaciones de los nuevos coches de la Policía Nacional que comenzarán a patrullar las calles convertidos en comisarías móviles. De momento, la flota de estos nuevos coches patrulla inteligentes y ecológicos (Toyota Prius+) está integrada por 10 coches que en los próximas días se desplegarán en labores de seguridad ciudadana por Madrid, Sevilla, Valencia, Zaragoza, Málaga, Palma de Mallorca y Vigo, aunque en 2020 serán otros 152, lo que supone cerca del 10% del total del parque automovilístico de los conocidos como vehículos Zeta de la Policía.

A estos nuevos Zeta, presentados ayer por el director del cuerpo, Francisco Pardo, los han bautizado como i-Zeta ya que, gracias a la tecnología que incorporan, son vehículos inteligentes que permiten el intercambio de información mediante el envío y recepción en tiempo real de mensajes, fotografías y vídeos. Un salto «cualitativo» en el patrullaje policial, en palabras de Pardo, que explicó que el objetivo final es dedicar más tiempo a la seguridad ciudadana sobre el terreno, pues los agentes no tendrán que volver a la comisaría a realizar muchos de los trámites que a diario les exige su labor en la calle.

Entre las nuevas funcionalidades que convierten a estos coches en oficinas móviles está el reconocimiento automático de matrículas, hasta 400 al minuto. Así, mientras el i-Zeta rastrea en marcha las matrículas de otros coches que circulen junto a él o en sentido contrario, y sea de día o de noche, una consola central en el interior chequeará con la base de datos si esa matrícula es falsa o si ese coche ha sido robado.

Dentro de la guantera, un lector de huella dactilar permitirá la identificación al momento de una persona o consultar su DNI o pasaporte, unos trámites que hasta ahora solo podían realizarse en puestos fijos. Los policías también podrán hacer consultas manuales con su carné profesional mediante la consola central, que es una pantalla táctil de 10 pulgadas o a través de un teclado externo en la zona del copiloto.

Los coches i-Zeta cuentan además con tres cámaras, una de ellas en la parte trasera donde son trasladados los detenidos. Todo el sistema de captación de imágenes y sonido (grabadora portátil conectada) será almacenada durante 30 días.