La Policía británica elevó ayer a 58 los muertos por el incendio del miércoles en la torre residencial de Grenfell en Londres, según un nuevo el balance aún provisional ofrecido la tarde del sábado por el comandante de las fuerzas de la policía metropolitana, Stuart Cundy, a cargo de las labores de rescate. La cifra incluye los 30 muertos confirmados el día anterior y puede aumentar aún, según advirtió el mando policial. La BBC estima que el número final de muertos en el siniestro estaría en torno a los 70, de acuerdo con los datos recogidos por la cadena pública entre miembros de la comunidad.

La impaciencia de familiares y amigos por conocer lo ocurrido con los suyos es motivo de indignación entre los vecinos por las respuestas insuficientes del Gobierno para ayudar a los afectados. Muchas de las acusaciones van dirigidas contra Theresa May por no haber calibrado la importancia del drama y sus implicaciones humanas. Una vez más, el comandante Cundy insistió en que la peligrosa operación de rescatar los cadáveres en un edificio en ruinas puede llevar semanas. «Tan pronto como podamos vamos a localizar y recuperar los restos de los seres queridos». Su intención es divulgar hoy algunas imágenes de la torre, para que, previo consentimiento de las familias, se comprendan las dificultades a las que se enfrentan los bomberos a la hora de registrar los pisos más elevados del rascacielos. «La investigación va a ser amplia y mi intención es que podamos ayudar a explicar lo sucedido», señaló.

Oficiales de la policía están trabajando con 52 familias que serán informadas tan pronto como sean identificadas las víctimas. Hasta el momento se han recobrado los cadáveres de 16 personas, que han sido trasladados al tanatorio. Cundy también lanzó un llamamiento a todo el que hubiera podido escapar del edificio en llamas y aún no se haya puesto en contacto con las autoridades. La línea de metro próxima a la torre de Grenfell ha quedado suspendida ante el riesgo de que restos de la estructura del edificio puedan caer en las vías.

DOS HORAS CON MAY / Un grupo de víctimas, junto a voluntarios y líderes religiosos, se reunieron por espacio de más de dos horas con la primera ministra en la residencia oficial de Downing Street. Los afectados presentaron a May una lista de peticiones de la que no dieron detalles tras el encuentro. Más de 1.000 personas se congregaron en las inmediaciones de la residencia oficial de la primera ministra para pedir justicia y manifestar su condena por la forma en que May ha reaccionado ante la tragedia. Al termino de la reunión con los afectados, la premier británica emitió un comunicado en el que reconoció: «El apoyo a las familias que necesitaban ayudas sobre el terreno o información básica en las primeras horas tras el terrible desastre no fue suficientemente bueno».