Varias iniciativas ciudadanas impulsadas a través de la plataforma Change.org han solicitado que se conceda el Premio Princesa de Asturias de la Concordia a Patricia Ramírez, la madre de Gabriel Cruz, el niño de ocho años asesinado y al que se buscó durante 12 días desde que se le perdiera la pista el 27 de febrero tras salir de la casa de su abuela paterna en Las Hortichuelas en Níjar (Almería). En total son seis las peticiones elevadas por los ciudadanos que, según pudo saber Europa Press, ya suman en su conjunto más de 2.000 firmas, en las que se pone de manifiesto la actitud mantenida por la madre del pequeño durante el tiempo que duró las búsqueda así como después de que se encontrara y recuperara su cuerpo sin vida y se detuviera a su asesina confesa.

Las iniciativas destacan los mensajes lanzados por la madre, que en un clima social de «dolor y rabia» tras descubrir lo sucedido gracias a la labor policial, pedía a los ciudadanos «que no se extienda la rabia, que no se hable de esta mujer más y que queden las buenas personas». Así, una de las peticiones destaca cómo «en el momento más duro de la vida de una madre» ella decidió afrontar los «mensajes de rabia» pidiendo que «quede la buena fe de las personas y las buenas acciones de las gentes que se han volcado en encontrar a mi hijo Gabriel».

Igualmente, otras de las iniciativas que incluyen en su petición al padre del menor, Ángel Cruz, destacan la «generosidad» y «gran lección de humanidad» dada por los progenitores de Gabriel, quienes a las puertas de la Catedral de Almería y junto al féretro de su hijo el día de su funeral trasladaron ante los medios su «agradecimiento de corazón» por el apoyo recibido convencidos de que el niño «va a seguir sacando cosas buenas» de las personas.

Las peticiones resaltan además la actitud mantenida por los padres durante la investigación paralela a la búsqueda por todo Níjar de Gabriel, cuando se despertaron las primeras sospechas de que la asesina confesa pudiera tener retenido al niño en algún lugar y los padres lanzaban mensajes para tratar de «ablandar» el corazón de la sospechosa para propiciar su liberación.

VUELTA A LA TRANQUILIDAD / La comarca almeriense de Níjar regresa a la normalidad una vez que la asesina confesa del niño Gabriel Cruz ingresó en la cárcel almeriense del Acebuche, tras los días en que prestó declaración ante el juez, las pesquisas policiales, el entierro del menor y las dos semanas largas de su búsqueda. En la ciudad de Almería, al final de la avenida Federico García Lorca se encuentra una pequeña boca de agua donde una figura cubierta por mosaicos recuerda que ahí se encuentra enterrada una ballena varada, un monumento que ahora se ha convertido en un inesperado altar para Gabriel Cruz.

El «pescaíto» Gabriel, como tantas veces ha insistido en llamarlo su madre, quería ser biólogo marino y los vecinos de la capital almeriense no han tenido dudas a la hora de elegir un punto de la ciudad para recordar y rendir homenaje al pequeño, asesinado -según su confesión- por Ana Julia Quezada, la pareja de su padre.

Avenida abajo aún son muchos los establecimientos que lucen los carteles de búsqueda de Gabriel, que llegaron a casi todos los puntos de la provincia después de que se perdiera su rastro el 27 de febrero en Las Hortichuelas Bajas de Níjar.

La mirada del niño cruelmente asesinado acompaña a muchos de los que descienden esta vía principal de Almería para llegar hasta la ballena que se encuentra protegida por el antiguo cargadero de mineral, el popular Cable Inglés de Almería.

Una vez allí, el visitante es recibido por un número incontable de velas, flores, carteles y cartas de niños de la ciudad que recuerdan a Gabriel y cómo «ha despertado la bondad de la gente».