El neurocientífico suizo Grégoire Courtine ha empezado ya a probar su sistema de estimulación por electrodos en personas parapléjicas con lesiones medulares, tras conseguir que una rata y un mono paralizados volviesen a caminar. Courtine, que es investigador del G-Labde del Instituto de Tecnologia Suizo de Lausanne (EPFL), aseguró ayer que, tras 15 años de trabajo para desarrollar el sistema en ratas y monos, ya lleva 5 meses probándolo en un grupo de 8 pacientes con lesiones crónicas de entre 5 y 7 años de antigüedad. El dispositivo consiste en la implantación de un estimulador en el abdomen que se conecta a un campo de electrodos situado en la región lumbar, la zona donde se encuentran las células que controlan los músculos de las piernas.

Tras el implante, se hace un mapa del paciente para saber dónde y cómo aplicar los estímulos, que siempre se generan en tiempo real. Este dispositivo se controla de forma inalámbrica, simulando la extensión y flexión que hacen las piernas humanas al caminar y provocando que las neuronas vuelvan a generar actividad.

El doctor comparó este proceso con la regeneración de la cola de las lagartijas, que, pese a ser cortada, vuelve a crecer mediante el estímulo del cerebro del animal.

El vicepresidente de la fundación Step by Step, que organiza el cuarto congreso internacional de reparación de la médula espinal en Barcelona, Miguel Ángel González-Viejo, explicó que el sistema de impulsos pretende «hacer un baipás desde la parte superior de la lesión medular hasta la inferior, saltándose el trozo de médula lesionada». La importancia de esta aplicación es el cerebro, que actúa como receptor de estos impulsos y los traduce regenerando la actividad.

Según el doctor Courtine, «la estimulación activa la médula espinal como lo haría el cerebro al caminar». Además, aseguró que, tras la finalización de la prueba que lleva a cabo ahora con 8 personas y la publicación de los resultados, probablemente en un año, el experimento pasará a la fase de prueba multicentro, en países como España, Suiza, Alemania, Francia, Italia, Austria, Inglaterra y Suecia.

Para ello, el investigador ha fundado una compañía que ya trabaja en el desarrollo de la tecnología clínica necesaria para llevar a cabo el proceso y para que esté al alcance de las clínicas en un período de 5 años. Courtine explicó que no solo se trata de contar con los dispositivos estimuladores, sino que también se necesitan grandes espacios controlados por cámaras para que el doctor pueda estimular las necesidades del paciente mientras lo observa. «Todavía no sabemos si este tratamiento se usará como rehabilitación o si implicará un sistema prostético (con prótesis)», señaló el doctor.

Courtine aseguró que, «pese a que no podemos asegurar que sea la cura, ni tampoco un milagro, puede ser la clave de la recuperación».

En este sentido, González-Viejo explicó que todos estos avances se presentarán a partir de hoy ante profesionales de la investigación y también ante profesionales clínicos, ya que, como aseguró Courtine, «Barcelona podría ser escenario de las pruebas multicentro a través de la fundación Step by Step».