Hacía tiempo que los servicios de salvamento de las costas españolas no vivían un verano tan intenso desde el estrecho de Gibraltar a Alborán. Un goteo continuado y con picos de hasta 600 personas, como ocurrió el pasado 16 de agosto. Las cifras de inmigrantes rescatados por Salvamento Marítimo se han disparado este año y alcanzan ya los 9.000, superando con creces los 6.726 simpapeles contabilizados en todo el 2016, que ya suponían un incremento del 59% respecto al 2015. Las alarmas han saltado, e incluso desde la agencia de la ONU para las migraciones (OIM) se reconoce que el creciente flujo de inmigrantes a España desde el norte de África podría convertirse en una “gran emergencia” si se mantiene el ritmo actual.

Un flujo constante de personas en busca de un futuro mejor que se ha saldado con numerosas muertes, como las de las siete mujeres que fallecieron el pasado jueves en su intento por llegar a Melilla en una patera después de que la Guardia Civil "bloquease" su paso hacia la costa española, según ha denunciado la ONG Caminando Fronteras. Una versión que ha sido desmentida por la Delegación del Gobierno en Melilla, a la que no le consta ninguna víctima.

Un simple vistazo a la serie histórica de rescates de Salvamento Marítimo en los últimos años permite comprobar que, aunque no se alcanza la situación vivida a mediados de la pasada década, cuando la conocida como ‘crisis de los cayucos’ alcanzó cifras récords de hasta 39.180 inmigrantes recogidos en el 2006, sí se ha roto la tendencia a la baja registrada desde entonces.

El mayor descenso

En el año 2013 se produjo el mayor descenso, con 3.237 inmigrantes rescatados, la cifra más baja desde 1999. Fue el punto de inflexión, pero tres años más tarde, en el 2016, ya se duplicaba esa cifra. También la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) constata el incremento, y según sus datos, 2.300 inmigrantes entraron en el mes de julio, cuatro veces más que el mes anterior, mientras la llegada se reducía un 57% en Italia y un 25% en Grecia.

En palabras del portavoz de la OIM, Joel Millman, durante una conferencia en Ginebra a mediados de agosto, “España atraviesa ahora algo parecido a lo que vio Grecia al comienzo del 2015 o incluso Italia anteriormente”. Sus datos son todavía superiores a los registrados por las instituciones españolas, y elevan la cifra de migrantes recibidos a lo largo de este 2017 en España a 13.503.

El grueso, 10.039, lo intentaron por mar. Millman puso el acento en que, aunque se trata de embarcaciones más pequeñas que las que llegan a Italia desde Libia, o las que cruzaban de Turquía a Grecia, a España llegan con más frecuencia. A diario. Por ello, insistió en que si sigue este ritmo, “otras organizaciones de ayuda tendrían que intervenir”.

Las oenegés alertan de que este incremento era previsible tras el bloqueo de la frontera de Turquía. “Los inmigrantes iban a seguir saliendo”, subraya desde Andalucía Acoge su presidenta, Elena Tajuelo, para dejar atrás un cúmulo de circunstancias que siguen sin resolverse, “porque no es un problema puntual, sino coyuntural”.

Menciona que las dificultades para salir desde Libia empujan a mucha personas hacía Marruecos y Argelia, donde sufren continuas redadas que destruyen sus campamentos. La crisis del Rif ha desviado la atención de las fuerzas de seguridad, lo que ha aumentado las opciones de los subsaharianos para salir en patera, pero también de muchos jóvenes marroquís que de nuevo vuelven a echarse al mar en busca de oportunidades.

Menores en cámpings

La llegada multitudinaria ha colapsado los centros de internamiento y de acogida de Andalucía, que se han visto obligados a trasladar a muchos inmigrantes a otros puntos del país o incluso a abrir sus puertas para que los simpapeles se queden en la calle, al amparo de las oenegés, a la espera de completar los trámites de expulsión. La preocupación ha cundido sobre todo en lo referente a los menores, cuyo número también ha aumentado espectacularmente.

La situación ha obligado a adoptar medidas urgentes, ya que las instalaciones donde se les atiende, con capacidad para unos 2.000 jóvenes, se han quedado pequeñas con el goteo continuo de emigrantes. El gobierno regional aprobó una partida de emergencia para ampliar 100 plazas en Almería, Granada y Cádiz, que rápidamente se vieron también desbordadas, por lo que hubo que buscar el apoyo de casas de acogida de otras organizaciones a mediados de junio. A finales de agosto, se recurrió directamente a un cámping en la playa de Valdevaqueros (Tarifa) para alojar a 60 chicos.

Se habilitaron literas en tiendas de campaña en la zona de aparcamiento para que dispusieran de espacio para el alojamiento y manutención, e incluso para que pudieran recibir clases y actividades con monitores, como si estuvieran en cualquier otro centro de acogida, aunque en este caso mezclados con los turistas. Las oenegés como Save the Children ya han denunciado este “parche” que “vulnera los derechos de los menores”.