En un verano atípico en el que muchos ciudadanos no saben si podrán siquiera cambiar de comunidad, muchas familias ponen sus ojos en los parques de ocio, que se perfilan como la gran atracción turística de la temporada estival para aquellos que tienen hijos. Pese a la incertidumbre de no saber aún cuándo podrán abrir, los parques de atracciones repartidos por todo el país afirman estar listos y con protocolos de seguridad preparados, y confían en poder salvar aún el verano, su temporada más fuerte, con el turismo nacional. «La gente lleva tiempo confinada y tendrá muchas ganas de salir y disfrutar, y de hacer actividades en familia», explican desde Parques Reunidos, una de las grandes compañías del sector que engloba 15 recintos de ocio.

El sorteo de una entrada doble para Port Aventura, el principal parque español en cuanto a facturación y afluencia, ha revolucionado estos días las redes. Una iniciativa que permite augurar ese imán de visitantes que supondrán los parques de atracciones este verano, cuyos responsables explican que el reto es atraer al público nacional, especialmente en las zonas del levante, más dependientes del mercado extranjero. El mantenimiento de la distancia social entre las familias visitantes es la base sobre la que se perfilan los protocolos de seguridad, y no tanto sobre la limitación de aforo. «El control del aforo es complejo porque cada parque es diferente, un zoo es como ir paseando por El Retiro, sin prisas y parándote a ver cada instalación, pero en otros con atracciones sí se da mayor valor al tiempo», reflexiona Diego Gracia, gerente regional de España e Italia de Parques Reunidos.

AFORO / El problema, añaden algunas fuentes, es que se les considera en el mismo grupo que un concierto al aire libre o un partido de fútbol en cuanto a aglomeración de personas: «no somos ni uno ni otro». Además, muchos de los parques reciben ya habitualmente una cantidad de visitas muy por debajo de su capacidad, por lo que aseguran que podrán manejar ese distanciamiento sin problemas. «Tampoco tendría mucho sentido limitar el aforo por ejemplo a 1.000 personas pero que luego todas ellas se concentren ante una misma atracción», subraya. Incide en que se trata sobre todo de gestionar los flujos de personas por el parque, por ejemplo, limitando las colas de espera en las atracciones y el número de personas.

Los responsables de los parques apelan al sentido común tanto de visitantes como de empleados y a su concienciación en la necesidad de mantener medidas de protección individual básicas como el uso de mascarillas. La desinfección de las instalaciones, por ejemplo en los puntos de mayor concentración, es otro de los puntos clave a controlar de cara a la apertura. El presidente de AEPA y director gerente de Isla Mágica (Sevilla), Guillermo Cruz, apunta que no todas las atracciones necesitarán una desinfección continua entre pase y pase.

«En las más familiares o infantiles, de menor velocidad, aclara, «lo más importante será que los clientes se desinfecten las manos antes de entrar a los vehículos y que lleven las correspondientes mascarillas como recomendación, y se desinfectarán cada un determinado número de ciclos, no será necesario tras cada pase». El reto se plantea, pues, en las de más adrenalina, donde «ahí sí que habrá desinfección tras cada pase». «Es más bien analizar qué tipo de actividades o experiencias se van a poder dar», señala Cruz.