El Papa se reúne en el Vaticano desde este martes y hasta el 17 de mayo con 33 obispos de Chile para "examinar a fondo" las acusaciones de encubrimiento que pesan contra el responsable de la diócesis de Osorno, Juan Barros, en el caso de abusos sexuales cometidos por el cura Fernando Karadima. El Pontífice estará acompañado en los encuentros por el prefecto de la Congregación para los Obispos, el cardenal Marc Ouellet, informa Efe.

Los obispos chilenos acuden a este encuentro con "dolor" y "vergüenza", según han informado portavoces de la Conferencia Episcopal de Chile.

El secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, el obispo Fernando Ramos Pérez, ha asegurado en un encuentro con la prensa que la actitud de los 34 obispos que han llegado a Roma es la de "dolor, porque hay personas que han sido víctimas de abusos, y esto nos causa profundo dolor", pero también de "vergüenza, porque los abusos se han producido en ambientes eclesiales donde jamás deberían suceder este tipo de abusos".

Subrayó que "la disposición de todos los obispos que han llegado es la de escuchar con humildad de espíritu" lo que les comunicará el Papa.

"OBLIGACIÓN MORAL"

Ramos Pérez, en nombre de los obispos chilenos, explicó que "tienen la obligación moral de estar con las víctimas" y que todos tienen "que pedir perdón hasta setenta veces siete" y esperan "que este pedir perdón pueda ser reparador".

Explicó que a las reuniones, que comenzarán a primeras horas de la tarde de este martes, participarán todos los obispos junto al Papa, quien les comunicará sus conclusiones tras leer el informe realizado por el arzobispo maltés Charles Scicluna sobre los abusos cometidos por el clero en Chile.

Francisco convocó a los obispos después de haber constatado que fue mal informado respecto al obispo de la diócesis de Osorno, Juan Barros, a quien acusan de que sabía que el cura Fernando Karadima abusó durante años de menores.

El Papa, que hizo obispo a Barros, le defendió públicamente en varias ocasiones, también durante su viaje a Chile, e incluso rechazó su renuncia hasta dos veces convencido de su inocencia a pesar de la insistencia de las víctimas sobre que era un encubridor.

El también arzobispo auxiliar de Santiago agregó que tras escuchar con "espíritu de humildad" a Francisco esperan "abrir una fase de discernimiento que ayude a ver las responsabilidades de cada uno de ellos en las heridas que han causado los abusos y para que nunca más se repitan".

Ante las preguntas sobre cuáles pueden ser las decisiones que tome el papa Francisco tras estas reuniones, como el apartar a los obispos acusados por no haber informado correctamente o por encubrir los abusos, los portavoces de la Conferencia Episcopal rechazaron responder al asegurar que la decisión compete al Pontífice.

PREPARADOS "PARA CUALQUIER DECISIÓN"

Mientras, Ramos Pérez también aseguró: "No estábamos preparados. Recibir la información de que se cometían abusos sexuales nos ha dejado en shock". "No teníamos la capacidad de entender qué pasa con una víctima y por qué demora tantos años en declarar lo que ha sufrido, y todo eso lo hemos descubierto poco a poco. Hemos cometido errores que esperamos no volver a cometer", añadió.

Hace dos semanas, el pontífice argentino convocó en el Vaticano para pedirles perdón y escucharles personalmente a Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, tres víctimas de abusos en Chile del cura Karadima cuando eran menores y que acusan a Barros de saber lo que ocurría.

Los tres pidieron que varios obispos fueran apartados y acusaron duramente al cardenal Francisco Javier Errázuriz.

Ante ello, González Errázuriz explicó que hay que comprender lo que han sufrido estas víctimas y por eso "hay que tener mucho cuidado con dar juicios". "Simplemente, yo me pongo al lado de las víctimas y las comprendo", dijo.

Los obispos explicaron que no creen que las decisiones del papa Francisco serán inmediatas pues consideran que habrá "un largo recorrido sinodal", pero están preparados "para cualquier decisión", agregó Ramos Pérez.