El papa Francisco celebró ayer la primera misa de 2017 y aprovechó la ocasión para condenar con dureza «la corrosiva enfermedad de la orfandad espiritual, un cáncer que silenciosamente corroe y degrada el alma» y que trae consigo «vacío y soledad». Jorge Bergoglio realizó estas reflexiones ante miles de fieles de diversas partes del mundo que acudieron a escuchar sus palabras a la basílica de San Pedro del Vaticano en el día en el que la Iglesia católica festeja la Jornada Mundial de la Paz, este año bajo el tema La no violencia: un estilo de política para la paz. En su homilía, Francisco dijo que «la pérdida de los lazos que nos unen, típica de nuestra cultura fragmentada y dividida, hace que crezca ese sentimiento de orfandad y, por tanto, de gran vacío y soledad. La falta de contacto físico va cauterizando nuestros corazones, haciéndolos perder la capacidad de la ternura».
Boletín de la mañana
Estas son las noticias más importantes de la mañana en Córdoba
MISA DE AÑO NUEVO