El Papa Francisco llegó ayer al aeropuerto de Fiumicino, en Roma, de regreso de su gira asiática, que le llevó desde el pasado lunes a Birmania y Bangladesh y que ha estado marcado por la crisis de refugiados de la minoría musulmana rohinyá.

El avión de la aerolínea bangladesí Biman en el que viajaba el pontífice aterrizó en el aeródromo romano hacia las 21.45 hora local (20.45 hora española), con un adelanto de más de una hora con respecto al horario previsto inicialmente. La visita de Francisco a Bangladesh, que comenzó el jueves, estuvo dominada por la crisis de refugiados rohinyás en el país, a donde han huido desde el estallido de violencia el pasado 25 de agosto en Birmania más de 620.000 miembros de esta comunidad.

Antes, el pontífice había visitado Birmania, donde lanzó un llamamiento a la reconciliación del país y la defensa de las minorías y derechos humanos, aunque sin referirse explícitamente a la persecución de la minoría musulmana rohinyá, lo que haría posteriormente en la etapa bangladesí. Durante el vuelo, como suele ser habitual, el papa habló a los medios de comunicación, entre ellos Efe, que le acompañaron en este viaje.

Cabe remarcar que la visita del papa Francisco a Bangladesh, donde habló a un grupo de estudiantes, estuvo marcada por las fuertes medidas de seguridad. Cientos de policías armados custodiaron al pontífice.