El Ministerio para la Transición Ecológica considera que su propuesta en el terreno de la movilidad es muy similar a la del Reino Unido que también ha anunciado que prohibirá la venta de coches diésel y gasolina en 2040 y en el año 2050 ya no podrán circular. Francia también ha anunciado que prohibirá la venta de coches de combustión en 2040; Dinamarca, Irlanda, Alemania y Holanda son más ambiciosos y quieren lograrlo en 2030. Noruega, cuyo parque de vehículos eléctricos alcanza ya el 30%, se ha impuesto el 2025 como el fin de la vida de los coches de combustión.

Con su calendario, el Gobierno pretende mandar «señales claras para dirigir la producción de vehículos», que es precisamente lo que demandan los fabricantes, algunos de los cuáles ya han dado importantes pasos por su cuenta. Volvo ya ha anunciado que a partir de 2019 solo venderá coches eléctricos. Toyota, marca pionera en el desarrollo de motores híbridos, dejará de vender vehículos diésel en Europa a finales de 2018. En España, ya hay comunidades autónomas que han tomado medidas en este sentido. La Ley de Cambio Climático balear prohibirá los coches diésel en las islas en solo siete años. En 2035 vetará los gasolina. Otras regiones estudian medidas parecidas.