Sergio Fernández, el padre del niño de 7 años presuntamente asesinado por su madre en Almería, reveló ayer que su hijo «tenía miedo» de no volver a verlo y lamentó que nadie le hizo caso durante meses cuando advertía sobre la situación del menor, por lo que pidió que se «depuren responsabilidades».

«La madre amenazaba al niño con que se lo iba a llevar. Pensaba que eso es lo que iba a hacer, que se lo iba a llevar por ahí y no iba a volverlo a ver (...) El niño tenía miedo de no volverme a ver», dijo en una comparecencia ante los medios de comunicación en Alcolea (Almería) junto a su abogada, Josefa Antonia Castillo. Relató el presunto acoso al que lo sometió A.M.B.L., de 38 años, desde el pasado mes de abril, cuando Sergio Fernández fue absuelto en una causa por malos tratos y se retiró una orden de alejamiento que pesaba sobre él.

El 14 de junio este supuesto acoso se le hizo «insoportable» y lo denunció ante la Guardia Civil, así como que su hijo Sergio, que vivía con su madre, no iba al colegio, no recibía los alimentos a su hora, y no recibía los cuidados necesarios. También explicó que el 10 de octubre, el día en que murió el niño, una trabajadora social de Huércal de Almería, donde residía el pequeño con su madre, le comunicó que no había realizado un informe solicitado tras una denuncia presentada en junio y que tenía «casos más graves». Este informe era reclamado por el padre para presentarlo en un nuevo juicio que declarase firmes las medidas urgentes acordadas tras la vista del 4 de octubre que le concedían la guarda y custodia de su hijo.

Únicamente valoró la actuación del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, que actuó con «diligencia», y criticó las de la Guardia Civil, Asuntos Sociales y otros organismos implicados. También dijo que temía que su expareja lo denunciara nuevamente por violencia de género y se iniciase de nuevo un proceso contra él. Relató cómo la mujer le telefoneaba de forma insistente y tenía diferentes encontronazos con distintos miembros de su familia. «Hemos dado todos los pasos necesarios, cada vez que ha pasado algo hemos ido a poner una denuncia ante la Guardia Civil, la Policía Nacional o al Juzgado de Guardia (...) A mí del juzgado me desalojaron», dijo Fernández, que explicó que el 23 y 24 de septiembre denunció ante estas instancias la remisión por parte del niño de unas notas de voz a su abuela en las que le decía que su madre «le pegaba».