El hispano-estadounidense Pablo Ibar, declarado en enero pasado culpable de un triple asesinato cometido en Florida en 1994, se salvó de una nueva condena a muerte por ese caso, pero pasará el resto de su vida en prisión. El jurado del juicio presidido por el juez Dennis Bailey en Fort Lauderdale (Florida) le condenó ayer a cadena perpetua por los asesinatos de Casimir Sucharski, dueño de un club nocturno, y de dos modelos, Sharon Anderson y Marie Rogers. Tras recibir instrucciones del juez y una deliberación que se ha prolongado cerca de hora y media, el jurado alcanzó su decisión y entregó su sentencia, que leyó el juez Dennis Bailey. Testigos presentes en la sala han descrito la emoción de la familia de Ibar, que ha reaccionado con lágrimas y abrazos.