El segundo brote de ébola al que se enfrentan esta temporada los habitantes de la República Democrática del Congo ha causado ya la muerte de 72 personas, según ha informado el Ministerio de Sanidad congoleño, que dispone de datos actualizados hasta el 25 de agosto. Las dos provincias afectadas por el nuevo brote, Kivu del Norte e Ituri, en el noreste del país, registran 111 casos de la enfermedad, 83 confirmados y 28 probables y en observación. Las autoridades investigan otros seis casos posibles e informan de que 14 pacientes han conseguido recuperarse. En un país donde la enfermedad es endémica, la diferencia con otros brotes es que estos dos, el de Kivu del Norte e Ituri y el que ya se había registrado en la provincia de Ecuador, tienen lugar en zonas de conflicto. Se trata de regiones que viven desde hace años una situación de permanente conflicto y donde hay noticias de constantes matanzas protagonizadas por rebeldes congoleños, ruandeses y ugandeses, que se enfrentan a las tropas gubernamentales y a las fuerzas de la ONU (MONUSCO).

La epidemia declarada el pasado 1 de agosto en Kivu del Norte ha traspasado las líneas rebeldes, tal y como temía la Organización Mundial de la Salud (OMS). En esta zona hay más de cien grupos armados activos y se han registrado más de 120 incidentes violentos en lo que va corrido de año. Es una de las regiones más inestables del país. En la ciudad de Oicha, bajo control gubernamental pero rodeada y bajo asedio de los rebeldes ugandeses de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), se ha registrado un caso de contagio y otro paciente está bajo observación.

La peor epidemia de esta enfermedad letal se declaró en marzo del año 2014 en Guinea Conakry, país desde el cual la dolencia se expandió virulentamente a Sierra Leona y Liberia.