El barco de la oenegé española Open Arms ha recibido hoy la autorización para fondear en aguas tunecinas y espera permiso para asistir al "Sarost 5", bloqueado desde hace dos semanas con 40 migrantes rescatados a bordo, tres de los cuales necesitan una evacuación urgente.

Open Arms, que ha llegado esta madrugada frente a la costa de Zarzis, se encuentra actualmente a 2,6 millas del petrolero a la espera de poder intervenir, ya que dispone de ecógrafos para atender a las dos mujeres embarazadas, de dos y cinco meses, cuya evacuación ha sido denegada en varias ocasiones por las autoridades tunecinas.

El barco humanitario llegó el pasado viernes por la noche a aguas tunecinas, a apenas tres millas del "Sarost 5", pero tuvo que regresar horas más tarde a Malta para la evacuación urgente de uno de sus socorristas.

La organización quiere asegurarse de las condiciones de acogida de un puerto que considera "no seguro" y ofrecer asistencia médica en cooperación con la Media Luna Roja tunecina, cuyos medios son limitados, ha asegurado a Efe su presidente, Oscar Camps.

Pese al anuncio del Gobierno el pasado sábado de acoger a los migrantes, la tripulación tunecina aseguró que no ha recibido ninguna comunicación por parte de las autoridades y continúa a la espera para atracar.

El pasado 14 de julio, la plataforma marítima petrolera Miskar, de la compañía British Gaz, localizó en aguas internacionales una embarcación averiada a la deriva tras partir de la costa libia para tratar de cruzar el Mediterráneo.

El buque de aprovisionamiento se hizo cargo del rescate y partió hacia Sfax -a 75 millas- siguiendo las órdenes de las autoridades tunecinas pero una vez llegado a puerto fue remitido a Zarzis- a 76 millas de distancia- y finalmente rechazado a la espera de "indicaciones".

Los rescatados tienen entre 17 y 36 años, entre los que se encuentran dos mujeres embarazadas, y son originarios de Egipto, Bangladesh, Camerún, Senegal, Guinea, Costa de Marfil, Sierra Leona y Ambazonia (región independentista de Camerún).

Según varias ONG locales, que lanzaron un llamamiento para que el Gobierno acogiera el barco, Túnez teme convertirse en "puerto seguro", lo que sentaría un precedente y podría consolidar la iniciativa europea de crear "plataformas regionales de desembarco" fuera del territorio comunitario para clasificar a los migrantes.