Este lunes y en el espacio de una hora dos tiroteos en distintos barrios de Londres se llevaron por delante la vida de una chica de 17 años y dejaron a un chico de 16 en estado crítico. Junto a este último había otro joven de 15 años con varias puñaladas. El trio son las últimas víctimas hasta este instante de la espiral de violencia que sufre la capital británica y que l as autoridades no saben cómo atajar. En los pasados meses de febrero y marzo el número de asesinatos en Londres (37) superó al de Nueva York (32), dos ciudades con similar tamaño de población. En los últimos 19 días, 15 personas han sido asesinadas en la capital. “No podemos entender cómo las cosas se han ido de las manos”, ha declarado el ex superintendente de la Policía Metropolitana, Leroy Logan. Scotland Yard ha anunciado la creación de una nueva fuerza compuesta por 100 oficiales para atajar los crímenes violentos en la capital británica.

La mayor parte de las víctimas y de los agresores en este goteo de asesinatos son adolescentes de raza negra y el arma más utilizada para los crímenes son los cuchillos y navajas, aunque el uso de armas de fuego es también cada vez mayor. El domingo un joven de 20 años que había sido apuñalado se convirtió en la víctima mortal número 31 en Londres en lo que va de año. Las agresiones con arma blanca no suponen nada nuevo en la ciudad, pero después de unos años en los que los incidentes se había reducido, los ataques se han recrudecido transformándose en una epidemia. Lucha entre bandas y drogas juega un papel importe en la actual crisis. El pasado jueves, la familia de Abraham Badru, de 26, muerto de un disparo en el barrio de Hackney el pasado 25 de marzo, advirtió de la “cultura de las armas que se ha convertido en un fenómeno completamente desenfrenado en nuestra comunidad”.

Normalizar la violencia

La máxima autoridad policial en Inglaterra, Cressida Dick, ha acusado a las redes sociales de normalizar la violencia entre los más jóvenes y azuzar los deseos de revancha cuando ocurre un incidente, a veces nimio. Las redes sociales “hacen más difícil que la gente se calme”, señaló Dick al diario 'The Times'. Un desacuerdo trivial puede traducirse “en cuestión de minutos” en violencia y agresiones, atizado por el lenguaje “increíblemente abusivo” que se emplea online. “Hay definitivamente algo sobre el impacto de los medios sociales en la gente que pasa con gran rapidez de estar algo enfadada con los otros a ‘luchar’” .

“Londres debe tratar los crímenes violentos como una enfermedad”, advierte la diputada por Croydon Central, Sarah Jones, que preside un grupo en el Parlamento británico, dedicado al problema de la proliferación de delitos con arma blanca. ” Nueva York ha reducido la violencia más grave a través de un programa de salud”, afirmó. “Nosotros necesitamos elaborar nuestra propia estrategia, teniendo en cuanta todos los aspectos. Los crímenes con arma blanca y los crímenes violentos actúan como una epidemia”, añadió “Lo que se necesita es ir al origen y terminar con él y después inocular a la gente joven contra él en el futuro.”