Si al secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE) se le pregunta si cree que la homosexualidad se puede curar, su respuesta es no. Sin embargo, Luis Argüello acaba de realizar una defensa de los polémicos cursos desvelados por eldiario.es para curar homosexuales impartidos bajo el amparo del Obispado de Alcalá de Henares (Madrid). Argüello ha asegurado que sobre la homosexualidad los obispos no son expertos sino que son respetuosos con lo que dice la comunidad médica al respecto. Acto seguido, ha dejado claro su apoyo a los cursos. No con palabras directas sino más sutiles. Si alguien que vive una determinada orientación quiere tener un cuidado, un acompañamiento, pues se le debería respetar esa diversidad. Si esa persona lo vive con preocupación y malestar y quiere tener compañía está legitimada para hacerlo si libremente lo escoge y es mayor de edad. Y si es menor, amaparado por sus tutores.

Argüello ha criticado el ejercidio periodístico de investigación que ha sacado a la luz la existencia de los cursos. En su opinión, se ha manipulado la verdad y se ha producido una desinformación intencionada que provoca odio.

Tras expresar su apoyo al obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Plá, ha asegurado que la persona que imparte los cursos es doctora en Biología y tiene un master en Familia por el Instituto Juan Pablo II.

NO A LA EUTANASIA

Respecto a la eutanasia, de actualidad tras el caso de un hombre imputado por ayudar a morir a su mujer con esclerosis múltiple, el responsable de la CEE ha dejado claro que para los obispos la muerte nunca es la solución a los conflictos, hablando tanto de la eutanasia como del aborto. Los obispos son partidarios de leyes de apoyo tanto a la maternidad como de los cuidados paliativos que reciben los enfermos.

ABUSOS A MENORES

Respecto a los abusos a menores en el seno de la Iglesia, la Conferencia Episcopal ha anunciado la puesta en marcha de un decreto, que antes de ponerse en marcha necesitará el visto bueno del Vaticano. Una vez esté operativo, será público y permitirá cauces para todos aquellos que hayan sufrido abusos (en el presente o en el pasado) puedan denunciarlos. Hasta ahora, la CEE no tenía jurisdicción para entrar en cada congregación o en cada colegio religioso para investigar las denuncias. A partir de este decreto, sí. A pesar de todo, Argüello ha destacado que las víctimas de pederastia a manos de eclesiásticos son una minoría y que se producen acusaciones falsas (en un número pequeño) que minan la reputación del religioso imputado.