Siguiendo el ejemplo de California o Florida, el estado de Nueva York declaró ayer el estado de emergencia para tratar de contener el coronavirus, después de que el número de casos en la Gran Manzana se doblara en las últimas 24 horas. Hasta el momento hay 76 casos confirmados en todo el estado, 11 de ellos en la ciudad de Nueva de York. La medida no afectará por el momento a los espectáculos y grandes eventos que se celebran en la capital neoyorkina. No se han cancelado festivales ni grandes concentraciones de gente, como hicieron el viernes los organizadores del South By Southwest, el festival de música y tecnología al que cada año asisten miles de personas en Austin (Texas).

La medida extraordinaria adoptada por el gobernador Andrew Cuomo busca la desmovilización de recursos para incrementar cuanto antes los test del covid-19 a los ciudadanos con síntomas de haber contraído el virus y reforzar al personal hospitalario con la compra de mascarillas y otros equipos de protección. Como ha ocurrido en otros estados, las autoridades neoyorkinas han reconocido que no tienen suficientes kits para diagnosticar el coronavirus y el viernes hicieron un llamamiento al Gobierno federal para que les envíe cuanto antes nuevas remesas. «La lenta reacción federal nos está impidiendo frenar la epidemia», decía la carta. Por el momento, el estado de emergencia facilitará la desmovilización de 30 millones de dólares. Aunque la cifra de casos confirmados es todavía relativamente baja, desde el miércoles se ha cuadriplicado el número de casos confirmados en todo el estado. Hay además cerca de 4.000 personas que se han aislado voluntariamente para prevenir los contagios mientras esperan someterse a los test, unas 2.700 de ellas en la ciudad de Nueva York, según las autoridades. «Queremos encontrar casos positivos», dijo ayer Cuomo, un paso indispensable para contener la epidemia. «Y también necesitamos gente que vaya una vez al día a llamar a sus puertas. Es un trabajo intensivo».

Un taxista de Queens es uno de los últimos casos confirmados. Su diagnóstico provocó que hasta 40 enfermeros, médicos y otro personal del hospital donde fue atendido tuvieran que aislarse preventivamente por miedo a que hayan contraído también el coronavirus.