La técnica de edición genética Crispr/Cas9 ha revolucionado los laboratorios, pero, con cierta frecuencia, esta provoca efectos secundarios inciertos. Ahora, los científicos han diseñado una nueva versión con la que han logrado revertir en ratones diabetes, distrofia muscular y enfermedad renal aguda. Su descripción se publica en la revista Cell, en un artículo que lidera el español Juan Carlos Izpisúa-Belmonte, del Laboratorio de Expresión Genética del Salk Institute (La Jolla, California).

Desde que en 2012 se presentara a la comunidad científica la técnica Crispr/Cas9, su aplicación en la investigación básica se ha multiplicado: esta técnica permite modificar el genoma con una precisión antes no vista, de forma mucho más sencilla y barata. Esta herramienta posibilita cortar el genoma donde uno desea para después repararlo: son unas tijeras moleculares programables hechas de proteínas y pequeñas secuencias de ARN. Gran parte del entusiasmo en torno a las técnicas de edición genética, en particular Crispr/Cas9, se centra precisamente en esta capacidad de insertar o retirar genes o de reparar mutaciones que causan enfermedades -el equipo de Izpisúa publicó el pasado agosto en Nature un trabajo que describía cómo corregir en embriones la mutación del gen que causa miocardiopatía hipertrófica-. Sin embargo, y en la medida que esta herramienta corta la molécula de ADN, existe entre la comunidad científica una preocupación sobre cómo responde la célula a ese corte y cómo luego se repara.