Un alijo de restos marinos en una cueva portuguesa ha acortado aún más la supuesta brecha de capacidades entre neandertales y humanos modernos (homo sapiens). Centenares de conchas y restos de crustáceos, peces y mamíferos marinos han aparecido en la cueva de Figueira Brava, cerca de Lisboa, según un artículo publicado ayer en la revista Science. Esa cueva estuvo poblada por neandertales desde hace 106.000 hasta hace 86.000 años.

Nunca antes se habían encontrado pruebas de que esos antiguos humanos explotaran el mar a ese nivel. Hasta ahora, hallazgos de este tipo se habían hecho tan solo en África meridional, en asentamientos de sapiens de hace unos 160.000 años. Eso sustentaba la teoría de que el aporte de ácidos grasos y omega 3 de la pesca habrían impulsado la inteligencia de los humanos modernos por encima de la de los neandertales. El nuevo hallazgo lo pone en entredicho.

DIETA VARIADA/ La dieta en Figueira Brava incluía moluscos, cabras de mar, tintoreras, doradas, aves marinas, delfines y focas. También se comía ganado, tortugas y hay rastros de olivos, viñas, higueras y, sobre todo, pino piñonero, que se usaba para quemar y obtener piñones para comer.

Hasta la mitad de la dieta dependía del mar, según estimaciones hechas en cuevas cercanas con volúmenes parecidos de restos. En ellas hay esqueletos de humanos modernos que conservan el colágeno, desde el cual se puede medir exactamente qué comían.

«No se sabe si pescaban con herramientas. Los cazadores recolectores saben coger peces con las manos en aguas bajas. Seguro que debían tener sacos o cestas para llevar el pescado del mar a la cueva», explica Joao Zilhao, investigador de la Universidades de Lisboa y de la Uniersitat de Barcelona (UB), y coautor del trabajo.

«Pescar a mano requiere sumergir la cabeza. Esto confirma que el gran crecimiento óseo en el oído externo de los neandertales podría estar relacionado con esa técnica», afirma Paola Villa, investigadora del Museo de la Universidad de Colorado, no implicada en el trabajo.

Que los neandertales pescaran en aguas bajas ya se sabía, desde restos marinos encontrados en otras cuevas. Incluso usaban conchas para hacer herramientas o colgantes. Lo nuevo es el gran volumen que se ha encontrado en la cueva portuguesa.

En las cuevas del Mediterráneo hay menos porque es un mar menos productivo que el Atlántico, según los autores del último trabajo. En cuanto al Atlántico, las cuevas más cercanas al mar quedaron en su mayoría sumergidas por la subida del nivel del mar después de la última glaciación, o por calotas de hielo en el norte de Europa.