Como si de un examen médico se tratase, la nueva misión InSight de la NASA medirá la temperatura y movimientos internos de Marte para determinar cómo es su corazón, una tarea en la que el Observatorio Real de Bélgica se encargará de escuchar el latido del núcleo del planeta para descubrir cómo es.

«Igual que cuando se oye el ruido de un coche se puede determinar de dónde viene, vamos a hacer exactamente lo mismo para determinar el movimiento de rotación de Marte», explicó ayer Véronique Dehant, la planetóloga al frente del equipo de siete científicos belgas que participa en el proyecto.

Dehant acaba de regresar de Estados Unidos, donde asistió el 5 de mayo al lanzamiento con éxito de InSight, la primera misión espacial que tiene como objetivo estudiar las entrañas del plantea rojo, la composición de su núcleo, corteza y manto, y detectar si se producen movimientos sísmicos. Para ello, cuenta con tres instrumentos principales: un sismógrafo para estudiar su estructura interior (SEIS, por sus siglas en inglés), sensores para el estudio del flujo de calor y propiedades físicas (HP3) y un experimento para el estudio de la rotación y estructura interior (RISE), en el que trabajará el equipo belga junto con científicos estadounidenses.

El experimento consiste en el envío de ondas de radio desde la Tierra hacia Marte, que serán devueltas por RISE hacia el globo terráqueo «tan rápido que no se van a deteriorar», señala Dehant.

Recogidos los datos sobre estas ondas, en el Observatorio Real de Bélgica se encargarán de estudiar sus características, en concreto, el efecto Doppler, que permite determinar el movimiento de un cuerpo en función de las ondas que emite.

«Cuando un cuerpo está en movimiento y envía una señal de radio o sonora, la velocidad implica variaciones en la frecuencia, en la señal, y eso es lo que medimos», explica Dehant. El objetivo es conocer exactamente cómo rota Marte, algo que ya se ha hecho del mismo modo en la Tierra «con una precisión increíble». Saber cómo gira sobre sí mismo el planeta permitirá dilucidar las dimensiones, composición y estado del núcleo marciano -que según creen los científicos es líquido- ya que de estas características depende la rotación.

El fin último es saber en qué punto de evolución se encuentra el planeta rojo para intentar comprender por qué no es habitable. Y ahí juega un papel esencial la tectónica de placas, que permite la liberación de gases a la atmósfera, y que no existe en Marte.