En Estados Unidos el 2016 se asociará inevitablemente al triunfo electoral del Donald Trump. Pero el controvertido magnate no fue el único vencedor de las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre. Entre sorpresas, polémicas y el hundimiento demócrata, la marihuana se hizo un hueco. Esa noche la legalización del consumo de este opiáceo en siete estados (recreativo en California, Maine, Massachusetts y Nevada y médico en Arkansas, Florida y Dakota del Norte) dibujó la única sonrisa del progresismo estadounidense.

Con su aprobación en referéndum, Estados Unidos certificó la mayor victoria en la historia de estas iniciativas y dio un paso más hacia la normalización del consumo de cannabis. Esta ha sido una constante bajo la presidencia de Barack Obama, quien vio en la guerra contra las drogas impulsada por Richard Nixon un fracaso que ha llevado al país ha tener el triste liderazgo en encarcelar a sus ciudadanos, muchos de ellos por delitos menores relacionados con esta droga. Así, se dibuja un mapa más verde donde más de la mitad del país, 26 de los 50 estados, han apoyado la regulación de su uso y donde hasta el 60% de la población es partidario de ello. Una semana antes de las elecciones el mismo Obama pidió su despenalización.

ESPAÑA Y HOLANDA, CAPITALES EUROPEAS

Pensar en la normalización del consumo de marihuana es pensar inevitablemente en los Países Bajos. En 1976 Holanda fue el primer país en despenalizar su posesión y se convirtió de facto en la capital de este psicotrópico. La permisividad que existe en los llamadoscoffeeshops ha abierto la puerta a un nuevo negocio que promueve la venta de todo tipo de objetos relacionados. A pesar de su imagen idílica, el cannabis aún es ilegal en Holanda.

En el centro del continente encontramos varios ejemplos en los que la marihuana está legalizada bajo uso medicinal como son Polonia, Macedonia, Croacia e Italia. La República Checa entra dentro este grupo pero va un paso más allá al haber despenalizado el cultivo y la posesión hasta los 10 gramos mientras que en Bélgica y Austria se limita a los tres y cinco gramos. El último en sumarse a esta lista ha sido Alemania, al aprobar este pasado jueves su uso terapéutico para enfermos. En el este, Albania se ha convertido en el mayor productor continental de una sustancia que considera ilegal pero que abre la puerta a un mercado multimillonario.

Pero aunque el norte y el centro de Europa se lleven toda la atención, la Península Ibérica también es un caso interesante. En 2001, Portugal asumió un gesto inédito y se convirtió en el primer país de la historia que despenaliza el consumo de todas las drogas. Eso no ha evitado que la posesión o consumo de marihuana siga siendo ilegal. E nEspaña la posesión de Cannabis es legal en espacios privados así como la cultivación para el uso personal, lo que ha llevado a convertirla en “la nueva Amsterdam”. Aunque la venta de esta droga es ilegal algunos clubs han aprovechado el vacío legal existente para ofrecer un espacio a los fumadores.

SUDAMÉRICA, EL REFERENTE MUNDIAL

Aunque Europa ha mostrado fuertes signos de cambio hacia el cannabis y su consumo, algunos de los fenómenos más llamativos se encuentran al otro lado del Atlántico. No es de extrañar que el continente más golpeado por el tráfico y los carteles sea el que ha encontrado salidas más originales al problema. Así, Uruguay se convirtió en un referente mundial cuando en diciembre del 2013legalizó totalmente la venta y la producción de marihuanna y su cultivo para uso personal.

En Colombia la plantación para el consumo privado es legal desde 1994 así como su uso medicinal. Chile, Perú, México o Costa Rica toleran la posesión personal al haberla despenalizado, mientras que en el caso chileno, en el que además se ha legalizado el cultivo recreativo, y en algunos estados argentinos se ha legalizado su uso médico. En 2015 Jamaica legalizó el cultivo personal y permite su consumo espiritual para los practicantes de la religión rastafari.

En el hemisferio norte el gobierno de Justin Trudeau prepara una regulación del uso del cannabis en Canadá para esta primavera, lo que convertiría al país en un pionero dentro del G7. Actualmente solo es legal la venta medicinal y se tolera el cultivo a un nivel bajo.

PEQUEÑOS FOCOS EN UN MUNDO PROHIBITIVO

En el resto del mundo destacan dos focos: Australia, que a finales del 2016 legalizó el cultivo y consumo de marihuana con fines medicinales mientras que el uso recreativo está despenalizado, y la India, donde la ilegalización federal no afecta a los estados que han permitido y tolerado su consumo.

Más allá de estos casos, el continente africano y asiático destacan por ser los más severos contra este opiáceo. Destacan especialmente Singapur, donde se castiga con la pena de muerte por ahorcamiento, o las Filipinas, donde la llegada al poder del autoritario Rodrigo Duterte ha desencadenado una sangrienta y extralegal guerra contra el narcotráfico. Cadena perpetua, latigazos, ejecuciones sumarias y terrorismo de Estado. Sea cual sea la sentencia ninguno de estos castigos parece evitar el constante avance de la sustancia ilícita más consumida del mundo. Abran paso a la marihuana.