Como cada día, Munira Abdulla fue al colegio a recoger a su hijo Omar, de cuatro años de edad. De regreso a casa, en la capital emiratí de Abu Dabi, sufrieron un grave accidente de tráfico. Su vehículo impactó contra un autobús. Munira protegió a su hijo con su cuerpo y evitó que sufriera daños mayores, pero ella sufrió una dura lesión cerebral que la dejó en una especie de coma durante casi tres décadas. “Estábamos sentados en la parte de atrás”, explicó Omar al diario emiratí ‘The National’. “Cuando vio que íbamos a chocar me abrazó para protegerme del impacto”. Era 1991 y ella tenía tan solo 32 años.

Postrada en la cama en un estado vegetal vigil, Munira pasó por especialistas en los Emiratos Árabes Unidos y en el Reino Unido, pero no fue hasta el junio del año pasado cuando recuperó los sentidos. Ingresada en la clínica Schoen de Bad Aibling, 50 kilómetros al sur-este de Múnich, la mujer ‘despertó’ 27 años después de proteger a su hijo de la colisión con un autobús. A su lado, Omar tiene 32 años, los mismos que su madre cuando sufrió esa grave lesión cerebral.

Este impactante caso se ha hecho conocido mundialmente en la última semana después que ‘The National’ relatase los detalles de este impactante y complejo caso. “Nuestro objetivo principal era darle a su frágil conciencia la oportunidad de desarrollarse y prosperar”, explicó su neurólogo en Alemania, el doctor Ahmad Ryll.

Casi un año después de recuperar parcialmente la conciencia, Munira sigue realizando un tratamiento para regresar a su antigua vida mientras su hijo, quien la ha cuidado durante estos años, da las gracias por los mensajes de apoyo que ha recibido.

MÍNIMA CONCIENCIA

El impacto ocurrido en 1991 dañó severamente el cerebro de Munira y la dejó en un estado vigil, de coma vegetal, de mínima conciencia. La mujer podía abrir los ojos y observar a su hijo, pero no era capaz de articular palabra alguna ni realizar otras interacciones. Eso es lo que le permitió empezar a recuperarse. “Ningún paciente despierta después de un coma de 27 años”, explica Friedemann Müller, una de sus doctoras en Baviera, al diario alemán ‘Der Spiegel’. En el estado de coma más grave la víctima no tiene conciencia.

Durante años, Munira estuvo conectada a tubos que la alimentaban y los médicos le realizaban fisioterapia para evitar que sus músculos se atrofiasen. Según apunta ‘The National’, en abril del 2017 Munira fue trasladada a Alemania a expensas del gobierno emiratí, que conoció los apuros de la familia.

CASO INUSUAL

En la que tenía que ser su última semana en la clínica sucedió lo inesperado cuando, a su lado, Omar se vio involucrado en una discusión. “Empezó a hacer ruidos extraños”, explica su hijo. “Tres días más tarde me desperté con alguien diciendo mi nombre. Era ella”. Como constata Müller, su caso es “muy inusual, aunque no único”.

De regreso a Abu Dabi, Munira intenta rehacerse mientras sigue sus tratamientos de rehabilitación en el hospital Mafraq. Un informe del último mes señaló que ahora ya “es capaz de comunicarse de manera muy razonable, especialmente en situaciones familiares”. En silla de ruedas, ya ha podido visitar la gran mezquita de Sheikh Zayed, que se construyó 16 años después de su accidente. Omar celebra ahora haber contado su historia: “No hay que perder la esperanza en tus seres queridos”.