La víctima mil de la violencia de género en España (solo desde que se tienen registros y solo contabilizando aquellas muertes causadas por parejas o exparejas) fue asesinada a cuchilladas durante la noche del domingo al lunes en Port Saplaya, un barrio de la localidad valenciana de Alboraia pegado a la playa. Su presunto asesino, que era su pareja, se suicidó saltando del quinto piso en el que vivían. La mujer se llamaba Beatriz, tenía 29 años, era española y, según confirmaron conocidos suyos, quería dejar la relación desde hacía un tiempo. «Estaban en proceso de ruptura», aseguraron. La relación, contaron los vecinos, era tensa de un tiempo a esta parte. Ese deseo de empezar una nueva vida podría ser el detonante por el que V., un ciudadano rumano de unos 50 años, la asesinó.

Ella era muy conocida en esta urbanización, popular por los canales navegables que la recorren por dentro, pues su madre había tenido una bar en la plaza más concurrida por los vecinos estables. En este local ella habría trabajado de camarera y él, de cocinero. Al parecer, la actual jefa de Beatriz se extrañó de que no acudiera a trabajar a primera hora de ayer y se puso en contacto con su madre, que habría acudido a la Guardia Civil al no poder contactar con ella. Los agentes acudieron a la casa y al no contestar nadie a la puerta reclamaron la presencia de los bomberos. Cuando estos intentaban acceder a la vivienda el hombre saltó al vacío. No murió en el acto pero cuando llegó el SAMU ya no pudieron hacer nada por vida.

Cuando finalmente entraron a la vivienda, se encontraron el cuerpo de la mujer con una rigidez que hizo que los forenses apuntaran a que la muerte se habría producido en la noche del domingo. Los cortes que tenía en las muñecas y en el pecho el presunto asesino parecen indicar que habría intentado autolesionarse.

Crimen en Aranjuez

Por otro lado, un hombre de 38 años buscado por la policía para entrar en prisión por asuntos de drogas y en proceso de divorcio de su pareja mató en Aranjuez (Madrid) con una escopeta a una de sus cuñadas, de 35 años, y dejó en estado crítico a otra cuñada y a su suegra. El homicida, que fue detenido poco después por la Policía Nacional, actuó por despecho porque su mujer, con la que tiene cinco hijos, le había dejado y, según los testimonios recabados entre los allegados de la pareja, culpaba a su familia política de esa situación. El arrestado tenía una orden de detención e ingreso en prisión por parte de la Audiencia Provincial de Madrid y cuenta con antecedentes por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas.

Según las primeras pesquisas, el ahora arrestado disparó sobre las diez de la noche del domingo desde su ventana de la calle Victoria Kamhi a la que hasta hace poco era su suegra, que vive cerca, y a dos de sus cuñadas que la acompañaban. La mujer, de 35 años, recibió un tiro en el pecho y falleció a pesar de las maniobras de reanimación que le practicaron.