La exministra socialista de Cultura Carmen Alborch (Castelló de Rugat, 1947) falleció ayer a los 70 años en su domicilio de Valencia, rodeada de su familia, después de una larga enfermedad. Pocas horas después se abrió la capilla ardiente en el tanatorio municipal de la capital valenciana y en el pleno de las Corts se le hizo ayer mismo un primer homenaje. El funeral se celebrará hoy en la más estricta intimidad.

La última aparición pública de la que fuera también profesora de la Universidad de Valencia fue el pasado 9 de octubre, día de la Comunidad Valenciana, cuando recibió la Alta Distinción de la Generalitat. En su discurso, como portavoz de los galardonados, aseveró que el feminismo «debía ser declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad».

La también escritora defendió que este movimiento, que descubrió en su etapa universitaria, «ha mejorado la calidad de vida de todos los ciudadanos», pero sigue siendo «imprescindible la lucha» por una sociedad más igualitaria, un objetivo al que pensaba que el «efecto contagio» tras las reivindicaciones de los últimos meses podía contribuir.

MINISTRA DE GONZÁLEZ / Alborch estuvo al frente de Cultura en el Gobierno del PSOE presidido por Felipe González entre 1993 y 1996 y fue la segunda mujer en ejercer ese cargo en la democracia. Después fue candidata a la alcaldía de Valencia en el 2007, en cuyo ayuntamiento, tras perder esos comicios, ejerció de portavoz socialista hasta junio del 2011. En el 2016 se retiró de la primera línea de la vida política.

Alegre y reivindicativa, luchó por la democracia en su etapa universitaria durante el final del franquismo y se implicó luego en lograr despenalizar el adulterio y el aborto y legalizar el divorcio.

En todas sus responsabilidades trabajó por avanzar en una igualdad donde todavía existen, según aseguraba, «las brechas y los infiernos», y de hecho confesó que la primera y la única vez que lloró en el Congreso fue cuando se aprobó la ley contra la violencia de género de 2004.

Pedro Sánchez ha destacado en un tuit su lucha por la igualdad de la mujer y su pasión por la cultura. «Una feminista pionera, una mujer de principios defensora a ultranza de nuestra cultura». Los principales líderes políticos de toda España -González y Susana Díaz, entre ellos- expresaron ayer sus condolencias por el fallecimiento de Alborch, de la que han elogiado tanto su compromiso con el feminismo como su carácter cercano y alegre.