Tras más de 3.000 años de obligado silencio, forzado por su propia defunción, el sacerdote egipcio Nesyamun ha recuperado su voz. Por primera vez, un equipo de científicos ha logrado reconstruir una copia exacta del aparato vocal de una momia para así recuperar al menos una muestra del sonido que emitía el religioso en sus rituales en el templo de Karnak. Ahora, cumpliendo con el último deseo que se recoge en los jeroglíficos que adornan su sarcófago, esta nueva investigación logra que el religioso «vuelva a hablar después de su muerte» para que al menos pronuncie un fonema.

El gruñido de Nesyamun, presentado en la revista Science Advances, es la primera voz que se ha logrado rescatar del antiguo Egipto. Para conseguirlo se han tenido que escanear los restos de la momia mediante una tomografía computarizada, crear una copia en tres dimensiones del tracto vocal y diseñar una laringe electrónica que finalmente pudiera emitir el sonido. El equipo multidisciplinar que ha diseñado este estudio, liderado por David Howard, enmarca este logro técnico en la antigua creencia egipcia de que «pronunciar el nombre de los muertos es hacerlos vivir otra vez» y en la última voluntad del sacerdote.

Este trabajo es el último de muchos en centrar su mirada en la momia de Nesyamun, almacenada y estudiada desde 1824 en el museo de Leeds, en el Reino Unido. Ya puestos, muchos se preguntarán por qué una vez obtenido el sonido no se ha intentado reconstruir el habla de Nesyamun o incluso simular un discurso o un cántico completo. La respuesta es sencilla. «Hacerlo requeriría conocimiento sobre las articulaciones relevantes del tracto vocal, la fonética y los patrones de tiempo de su lenguaje», recalcan los investigadores. Los responsables de este trabajo,

El logro técnico que ahora ha hecho posible que se oiga la voz de Nesyamun abre la puerta a reconstruir otras voces perdidas del pasado. Eso sí, los investigadores advierten de que para restaurar un sonido hace falta que los tejidos blandos estén perfectamente preservados. Las voces de los esqueletos, por lo tanto, seguirían siendo imposibles de rescatar. Pero, visto lo visto, no sería demasiado descabellado intentar reconstruir la voz de los castrati del siglo XVII cuyas voces no pudieron quedar registradas.

Los expertos, además, defienden que este tipo de reconstrucciones «permitirán a las personas interactuar con el pasado de maneras completamente nuevas e innovadoras». Algún día, por ejemplo, los museos podrían incorporar estas voces para ofrecer una nueva perspectiva sobre los protagonistas de una época pasada.