No solo el 'Open Arms' se encuentra en una situación desesperada en el mar con los 150 migrantes a bordo a la espera de un puerto donde atracar. Otro buque humanitario, este en el Mediterráneo central, en aguas internacionales ante de las costas de Libia, también lleva días con 356 personas a bordo. Se trata del 'Ocean Viking', el barco de Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterraée, también a la espera de destino y un futuro mejor para las personas que lleva a bordo. Todas ellas huyen del terror de la guerra, de violaciones y torturas. Enfrentarse al desafío incierto del mar es para todos ellos algo mucho mejor que lo que dejan atrás, informa Europa Press.

Salí de Sudán después de que un grupo armado matara a mi padre frente a mí durante un ataque a mi pueblo. Tengo un hermano mayor que partió hacia Libia antes que yo, pero ahora está desaparecido. Yo quería venir a Europa para encontrar trabajo y que la vida de mi familia mejorase. Tardé siete días en cruzar el Sahara. Solo comimos pan un par de veces, y todas las noches recibíamos un litro de agua que teníamos que compartir entre 33 personas. Vi cómo dispararon y mataron a un hombre con el que viajaba sin razón alguna", relata un adolescente sudanés, de 16 años.

Escapar del bombardeo

Durante más de un año vivió y trabajó en Libia y tuvo que pagar por su liberación en varias ocasiones. Antes de ser rescatado por el 'Ocean Viking', ya había intentado dar el salto a Europa en otras dos ocasiones y en ambos casos fue capturado por la Guardia Costera libia. La primera vez logró escapar, pero la segunda terminó en el centro de detención de Tayura, donde estaba cuando fue bombardeado a principios de julio. "Mucha gente murió". Él logró escapar tras correr descalzo. "Cada persona con la que he hablado ha sido encarcelada, extorsionada, forzada a trabajar en condiciones de esclavitud o tortura", explicado la experta en asuntos humanitarios de MSF Yuka Crickmar.

Otro joven sudanés, este de 17 años, cuenta que pasó cuatro días en el mar antes del rescate, en una barca cuyo fondo se rompió el mismo día en que salieron de Libia. "Nadie dormía porque teníamos que sacar agua con una lata de combustible vacía. Nos quedamos sin comida y agua después del primer día. Un hombre llegó a desesperarse tanto por el miedo que saltó por la borda y tuvimos que ayudarle a subir de nuevo a la balsa. Teníamos tanto miedo que solo pensábamos en la muerte: creíamos que íbamos a morir", relata antes de explicar porque quiere venir a Europa. "Un lugar donde se respeten los Derechos Humanos, donde me traten como a un ser humano y donde pueda encontrar trabajo para mantenerme a mí y a mi familia".