Cubos, palas, rastrillos, mopas, escobas, excavadoras, camiones. Y manos. Todas las del pueblo y muchas otras venidas de cualquier rincón de la isla. El agua mostró su peor cara el lunes en Mallorca, en la zona de levante. Todos lo describen igual, un tsunami que vino de golpe, un puñetazo que se lo llevó todo por delante, incluidas 10 vidas. Y quién sabe si las de otra persona aún desaparecida.
Por las calles, ni un lamento. Sea por la perplejidad, o porque falta tiempo para digerir y asimilar, en Sant Llorenç des Cardassar solo se piensa en recuperarlo todo. Aunque eso, en muchos casos, signifique quedarse prácticamente sin nada, porque primero hay que tirar a la calle todo lo que el agua ha destruido. Y es mucho.
Da igual el baile de cifras. Hay quien dice que fueron 180 litros por metro cuadrado. Algunos lo elevan hasta 250. El caso es que no se recuerda semejante salvajada natural en este paraje de levante insular. Antonia tendrá unos 70 años y trae a la memoria las lluvias del 89. «Pero entonces fue distinto, porque cayó en la montaña y no aquí». «Se repartió más», aporta Guillem, con el rostro lleno de barro. Se refiere a que los torrentes, el de Sa Grua y el de Ses Planes, uno en la entrada del pueblo y otro atravesando el municipio, tuvieron entonces un caudal generoso, por igual, que dio problemas pero ni mucho menos lo vivido ahora.
DOS METROS Y MEDIO / Cuentan Carla y María, de 15 años, que nadie sabía cómo encajar la situación. «La gente se quedó como paralizada». También las comunicaciones, que 24 horas después todavía no están restablecidas del todo. «No hubo tiempo de reacción, fue un verdadero tsunami, y solo te podías quedar en el lugar en el que estabas, porque el agua era imprevisible, y cada vez había más y más, y no sabías si la calle de al lado estaba peor que la tuya». En una de las zonas más afectadas, la señal que el agua y el barro han dejado en las paredes alcanza los dos metros y medio de altura. Casi todo el primero piso de muchas viviendas quedó inundado. Auténticas piscinas con toda una vida dentro. Muebles, electrodomésticos, ropa, bicicletas. Pero también fotografías personales, documentación, objetos de valor. Y vidas. Las que se han perdido por la extrema virulencia de la tormenta.
VÍDEO: Vecinos de Sant Llorenç (Mallorca) grabaron el impresionante desbordamiento del torrente.
«LA PEOR NOCHE» / Rafael estaba trabajando en Manacor y tenía a sus dos hijos adolescentes en Sant Llorenç. Pasó la peor noche de su vida, incapaz de saber si sus pequeños estaban bien porque no había manera de que el móvil funcionara. Se detiene y apoya la cabeza en la pala. «Ha sido terrible, doy gracias de que estén todos bien». Consiguió regresar de madrugada para abrazarlos. Este martes los tres estaban junto al torrente achicando barro en casa de un conocido, un hombre de unos 65 años con el gesto roto pero que no dejaba el rastrillo a pesar de su un evidente cansancio.
SOLA EN EL TEJADO / La prima de Guillem estuvo dos horas en el tejado, sin poder evitar que el agua destrozara todo lo que tenía a sus pies. Mojándose sin que nadie pudiera echarle una mano. Una mujer mayor con el agua por encima del pecho fue rescatada por varios vecinos en el interior de su propia casa. Estaba paralizada. Hoy les debe la vida. Los coches salían disparados, como si fueran de juguete. Los árboles navegaban como un palillo en un arroyo y el campo de fútbol se convertía en un acordeón de césped artificial. Y garajes con palmeras atravesando el parabrisas.
Los vecinos achican agua en la localidad de San Llorenç, en Mallorca, la más castigada por el temporal. Foto: JORDI COTRINA
Uno de los negocios más afectados fue un taller que queda a pocos metros del torrente y que ha quedado inservible, con los autos arremolinados al fondo, con toda la maquinaria completamente destrozada. Ni el hierro ha podido con el agua. Una veintena de personas intentaban adecentarlo, entre ellos el tenista Rafa Nadal, que intentó pasar desapercibido. El deportista ha puesto a disposición de los afectados su academia para lo que sea menester.
Entre las autoridades que visitaron la zona y el dispositivo estuvo el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez.
El portavoz de la Aemet Rubén del Campo explicó que se produjeron unas lluvias “intensas, torrenciales y persistentes”, pero ha precisado que fueron también muy localizadas en un punto muy concreto, ya que en Sant Llorenç cayeron más de 200 litros por metro cuadrado en menos de seis horas y en Manacor, a sólo ocho kilómetros, apenas 23. Las luvias también fueron muy intensas en numerosos puntos de la península, en especial en la provincia de Málaga, donde los servicios de emergencia gestionaron la noche del martes y madrugada de ayer más de doscientas emergencias, relacionadas en su mayoría con inundaciones en calles y viviendas, garajes o locales anegados.