Algunos medicamentos para la diabetes, la inflamación, el alcoholismo e incluso para el tratamiento de la artritis en perros también podrían servir para matar las células cancerosas. Así lo ha demostrado un nuevo estudio en el que se han analizado el potencial anticancerígeno de miles de compuestos farmacológicos ya desarrollados (y aprobados para su consumo). El trabajo, liderado por centros de investigación como el Broad Institute of MIT y el Dana-Farber Cancer Institute de Harvard, demostró la viabilidad, hasta ahora desconocida, de al menos 50 de estas sustancias. El hallazgo, además, apuntaría a la posibilidad reutilizar medicamentos existentes para tratar el cáncer.

"Pensamos que tendríamos suerte si encontrábamos incluso un solo compuesto con propiedades anticancerígenas, pero nos sorprendió encontrar tantos", relata Todd Golub, uno de los responsables de este nuevo trabajo, publicado este mismo lunes en la revista 'Nature Cancer'. Los investigadores explican que se trata del estudio más grande de este tipo que se ha realizado hasta la fecha. En este se ha trabajado con la base de datos del 'Centro de reutilización de medicamentos del Broad Institute', en la que se incluyen más de 6.000 medicamentos aprobados por las autoridades sanitarias estadounidenses (como la Food and Drug Administration) y unos 4.518 compuestos que han demostrado ser seguros en ensayos clínicos. El análisis se ha centrado en evaluar el efecto de todos estos sobre las células cancerosas.

No es la primera vez que se investiga el potencial desconocido de los medicamentos. Estudios sobre la aspirina, por ejemplo, demostraron que este compuesto también podía tener beneficios cardiovasculares. "Creamos el 'Centro de reutilización' para permitir a los investigadores hacer este tipo de "descubrimientos fortuitos" de una manera más deliberada", comenta Steven Corsello, primer autor del recién publicado trabajo.

Potencial desconocido

El trabajo demostró la capacidad de al menos 50 medicamentos, incluidos algunos que inicialmente habían sido desarrollados para reducir el colesterol o la inflamación, para matar células cancerosas."La mayoría de los medicamentos contra el cáncer existentes bloquean las proteínas, pero estamos descubriendo que los compuestos pueden actuar a través de otros mecanismos", explica Corsello. Según argumenta el estudio, ciertos compuestos parecen actuar activando una proteína o estabilizando una interacción entre diferentes proteínas. El trabajo, de hecho, muestra que casi una docena de los medicamentos no oncológicos son capaces de matar células cancerosas que expresan una proteína llamada PDE3A al estabilizar la interacción entre otras dos proteínas (conocidas como PDE3A y SLFN12), un mecanismo previamente desconocido para algunos de estos medicamentos.

"Las características genómicas nos dieron algunas hipótesis iniciales sobre cómo podrían estar actuando los medicamentos, que luego pudimos volver a estudiar en el laboratorio", explica Corsello. "Nuestra comprensión de cómo estos medicamentos matan las células cancerosas nos da un punto de partida para desarrollar nuevas terapias", concluye el investigador.